Lamento la tardanza… pero entre viajes y enfermedades no he dado a basto.
He aquí otro librito de mi querido Kerouac, esta vez unos cuantos años más tarde de Los vagabundos del dharma. Sublime, como siempre, y más adulto. Iba a utilizar la palabra «sereno» refiriéndome a serenidad espiritual, pero podría llevaros a pensar que por una vez está sobrio. Craso error.
El libro gira en torno a una cabaña en la que se recluye en mitad de las montañas para escapar de la vorágine en la que se ha convertido su vida. La leyenda ya era una realidad y, a donde quiera que fuera, siempre tenía a «fans» alrededor intentando ver qué clase de locuras era capaz de hacer su ídolo. Cuenta que incluso unos beatnicks llegaron a lanzar un ladrillo a la ventana de su casa (en la que él, para variar, no estaba, sino que sólo se hallaba su santa madre) para que saliera El Rey. Un no parar de fiestas, de peloteo y de alcohol que le llevan a padecer delirium tremens.
Vuelve a aparecer Dean Moriarty (Neal Cassady) con sus locuras habituales, y otros muchos poetas del movimiento.
Esta edición también incluye una serie de poemas de Jack sin traducir al final del libro (lo cual es de agradecer, puesto que la traducción no es que sea muy buena).
En resumen, un Kerouac más adulto, reflexivo y arrepentido que sigue siendo arrastrado por el resto de los suyos…
Si tengo que poner por orden de mejor a peor (a mi parecer, ya sabéis) sus libros, quedaría así:
1. Los subterráneos
2. En el camino
3. Big Sur
4. Los vagabundos del dharma
Me ha encantaaaaaaaaaaaaado.
«Gente non grata y gente VIP,
estamos On the Road como beatnicks,
yonflas como Bill….»
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«Pasaré a buscarlo la semana que viene, supongo que querrá beber una semana en la ciudad (como siempre lo hace, supongo)»
«Hago algo rápido o estoy perdido, entiendo, perdido en la senda de los últimos tres años de desesperación ebria, una desesperación física y moral y espiritual que no se aprende en la universidad, no importa cuántos libros acerca del existencialismo o pesimismo se lean, cuánta ayuauasca para tener visiones se beba, ni cuánta mescalina o cuánto peyote se ingiera — La sensación al despertar con delirium tremens, con el terror siniestro de la muerte escurriéndose de los oídos como esas telas pesadas que tejen las arañas tropicales…»
«Pasaremos por la vida tan silenciosamente (pasar, pasar) como la gente que habitaba este valle en el siglo X, sólo que con un poco más de ruido y algunos puentes y represas y bombas que no durarán siquiera un millón de años – El mundo seguirá siendo lo que es, algo variable y transitorio, pero verdaderamente perfecto considerado en perspectiva, y no hay nada de qué quejarse «
«Las luces parpadean afuera, en esa calle ilusoria y de juguete, puedo sentir que la alegría crece en mi alma»
«Todos estamos de acuerdo en que es demasiado grande para seguirle el paso, que estamos rodeados por la vida, que nunca llegaremos a comprenderla, entonces nos concentramos en beber de la botella el escocés y cuando está vacía salgo del auto y compro otra, punto.»
«¿Quién te dijo que tenías un sombrero en la cabeza?» — «Mi cabeza nunca desconfía de los sombreros» — «¿Qué pasa con el adiestramiento de tu hígado?»– «El adiestramiento de mi hígado está comprometido con la tarea del riñón»
«Toda esa noche cantamos a los gritos canciones junto al farol, y está muy bien, pero a la mañana ya no queda nada en la botella y me despierto otra vez con los «horrores terminales», exactamente como me desperté en la habitación de ese callejón en Frisco antes de escaparme hacia aquí, estoy atrapado de nuevo, puedo echarme llorando «¿Por qué me tortura Dios?» — Pero quien no haya tenido delirium tremens aunque sea en su primer estadio no podrá entender que no se trata tanto de un dolor físico sino de una angustia mental indescriptible para esa gente ignorante que no bebe y acusa de irresponsabilidad a los bebedores– La angustia mental es tan intensa que uno siente que ha traicionado su propio nacimiento, el esfuerzo y los dolores departo de mi madre cuando me trajo al mundo, he traicionado el esfuerzo que hizo mi padre para alimentarme, permitirme crecer y hacerme fuerte y Dios mío también educarme para la vida; se siente una culpa tan profunda que uno se identifica con el demonio y Dios parece muy lejano, abandonándolo a uno a su estupidez enfermiza— Uno se siente enfermo en el máximo sentido de la palabra, respirar sin creer en ello, enfermoenfermoenfermo, se queja el alma, uno se mira las manos como si estuvieran en llamas y no pudiera moverse ni hacer nada, se contempla el mundo con ojos muertos, hay en el rostro una expresión de incalculable desconsuelo como un ángel constipado encima de una nube.»
«Por la radio se escucha rhythm and blues mientras nos pasamos el porro en silencio con la vista clavada adelante perdidos en pensamientos privados tan vastos ahora que ya no podemos comunicarlos y si lo intentáramos nos llevaría un millón de años y un billón de libros — Tarde, muy, muy tarde, la historia de todo lo que vivimos juntos y separados se ha convertido ya en una biblioteca — Los estantes se acumulan más y más altos — Están repletos de documentos neblinosos o documentos de la Niebla — El cerebro se ha enredado en sí mismo, se ha confinado en cada escondrijo hasta que nuestros pensamientos ya no pueden expresarse y se los deja envejecer en soledad.»
«¿Pero qué es eso de entregarnos, qué podemos entregar que ayude a los otros?» — «Nunca podrás entenderlo porque estás encerrado en ti mismo»
«No quiero cerrar los ojos por temor al tumulto de universos que veo lanzándose y expandiéndose y estallando repentinamente y despedazándose en mi centro, rostros, bocas que aúllan, gente de pelo largo que da alaridos, confidencias repentinas del mal, súbitos rat-tat-tats de los comités cerebrales hablando sobre «Jack», y haciéndolo como si él no estuviera allí.»
«El amanecer es una de las cosas más horribles, con los búhos cantando y yendo y viniendo bajo la luna orlada de niebla – Pero todavía peor que el amanecer es la mañana, el brillo del sol no hace más que contemplar e ILUMINAR mi dolor, volviéndolo más brillante, más caliente, más enloquecedor y destructor de los nervios«
Al principio lo descarté, después me pareció bien, luego como creí que se trataba de una autobiografía lo volví a descartar y ahora …, no sé, al menos me queda claro que no es algo muy convencional, ya veré a ver.
Por fin volviste! Kerouac es una de mis grandes asignaturas pendientes, después de la ligera decepción con Burroughs…
Vaya generación de colgados… menos mal que la nuestra solo incuba vacío.
Leer a este tio siempre es interesante porque es de los que aprendian dandose cabezazos contra los adoquines (vease el caso «Plutarco»…que debe andar por aqui cerca).
Por cierto, el de Los Subterraneos lo tengo pendiente y ya que te pones así habrá que verlo. Un día podrías hacernos el favor de plasmar tus impresiones sobre este libro.
Llegué a leer esto casi 4 años después de que lo publicaste. Si algún día leés esto te quiero agradecer. Me encanta que difundan las palabras de este gran poeta escritor, voz de una generación que es eterna