Las ratas / Miguel Delibes

Portada de «Las ratas», de Miguel Delibes. 8ª ed. en Destinolibro, dic. 1980, Barcelona. Colección Destinolibro, v.8

Cuando recomendé la vez anterior El sendero de los nidos de araña, me vino a la cabeza Las ratas, de Miguel Delibes, otra de las mejores lecturas de estos últimos meses. Existen algunas similitudes entre las dos novelas, además de que estén guapísimas.

La más evidente es que el protagonista tiene un perfil muy parecido en ambas. Si Calvino nos presentó a Pin, Delibes nos presenta al Nini. Niños de edad muy parecida (unos diez años), muy ingeniosos y avispados, que sobreviven como pueden en un ambiente hostil y con un entorno familiar bastante jodido. Nini vive en un pueblo de la Castilla profunda, a mediados del siglo pasado; Pin vive en un pueblo de las montañas por la zona de San Remo (Italia), una o dos décadas antes que Nini. Los imagino y no puedo evitar que el uno me recuerde al otro.

Carne de rata

Volviendo a Las ratas: menudo novelón, en la línea de El camino, por el contexto social y el entorno natural, por la crítica que arrastra, por su defensa del ruralismo y por tener unos personajes guapísimos.

A Nini lo acompaña su perra Fa y su «tío» el Ratero, con quienes vive en una cueva. Se apañan gracias a cazar ratas y venderlas. Gustan mucho en el bar del pueblo así frititas con un chorrito de vinagre. Otro gran personaje es El Furtivo (el malo de la historia), «los extremeños» (que es en realidad un único personaje) o la señorona del pueblo que intenta camelarse al Nini para meterlo a estudiar. Pero al chavalín lo que le preocupa, como al Ratero, es que los quieren echar de su casa, la cueva, para derribarla.

Tiene un final fetén. Se lee en un par de sentadas, lo gozas con las descripciones, las acciones y las conversaciones, y tiene un vocabulario que a muchas personas urbanitas las (nos) puede dejar descoyuntadas. Además, si quieres conocer la fecha exacta en que te va situando la narración, es recomendable que tengas a mano un santoral (ok, Google).

Lectura obligatoria.

Algunos fragmentos

«El Nini siguió avanzando por la calleja solitaria, arrimado a las casas para eludir el lodazal. Restregaba la moneda que portaba en la mano contra los muros de adobe y al llegar a la primera esquina examinó el brillo nacido en el borde con pueril fruición. El barrizal era allí más espeso, pero el niño lo atravesó sin vacilar, sumergiendo sus pies desnudos en el cieno entreverado de estiércol y escíbalos caprinos, en la pestilente agua estancada de los relejes».

«Mira, Chico, cuando a dos hermanos, sean cristianos o no, se les pone una venda en los ojos, pelean entre sí con más encarnizamiento que dos extraños».

«En el pueblo, las gentes maldecían de la soledad y ante los nublados, la sequía o la helada negra, blasfemaban y decían: ‘No se puede vivir en este desierto’. El Nini, el chiquillo, sabía ahora que el pueblo no era un desierto y que en cada obrada de sembrado o de baldío alentaban un centenar de seres vivos. Le bastaba agacharse y observar para descubrirlos. Unas huellas, unos cortes, unos excrementos, una pluma en el suelo le sugerían, sin más, la presencia de los sisones, las comadrejas, el erizo o el alcaraván».

3 comentarios en «Las ratas / Miguel Delibes»

    1. ¡Muchas gracias! Pues sí, yo de momento llevo leído muy poquito de él (solo tres), así que me queda todo un mundo por delante :DD

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