Hoy, para cambiar de tercio, traigo la reseña de la novela (novelaza) histórica El espía del Rey, de José Calvo Poyato. Desde «El hombre que inventó Madrid« de Javier Puebla no había vuelto a tocar este palo y he de decir que este libro me ha en-can-ta-do. La trama de esta novela podría haber sido urdida por John Le Carré o Ian Fleming, aunque no sé si la habrían ambientado en el Madrid del S. XVIII tan magistralmente como Calvo Poyato.
El espía del Rey es Jorge Juan (y Santacilia) a.k.a el James Bond ibérico.
Nunca he sido muy de novela histórica así que no es de extrañar mi desconocimiento acerca de este autor. La cuestión es que, buscando un libro para regalar a mi madre vi muchas buenas opiniones de Calvo Poyato y de esta novela, así que lo compré y lo envolví en papel de regalo. Cuando se lo dí a mi madre resultó que, sobre la mesa, tenía otro ejemplar casi igualito (ese era de bolsillo). Se lo había recomendado el librero. La buena noticia es que los libreros pocas veces fallan
PD: eso sí, se quedó con el que le regalé yo, que tiene la tapa dura, y yo con el que ella había comprado. También pactamos irlo leyendo a la par, como un club de lectura o lectura compoartida, como dicen ahora.
El autor: José Calvo Poyato
José Calvo Poyato (Cabra, 23 de julio de 1951) es doctor en Historia Moderna por la Universidad de Granada y catedrático en Historia de Enseñanza Secundaria. Con este currículum (sin mencionar que también es miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba y de la Academia Andaluza de la Historia) intuyes, como lectora, que vas sobre seguro en cuanto a los acontecimientos históricos que aparezcan.
Además de los amplios conocimientos históricos del autor, conforme empiezas a leer, salta a la vista que también sabe escribir novelas. El lenguaje sencillo -pero acorde al momento histórico- y el uso de diálogos consiguen que la lectura sea ágil. Pero esto no le impide detenerse en mostrarnos ciertos detalles que terminan de perfilar un magnífico cuadro costumbrista.
Sin duda alguna voy a seguir leyendo más novelas de este autor. Pero vamos con «El espía del Rey».
Jorge Juan y Santacilia: espía ibérico
Hasta que abrí este libro cuando escuchaba Jorge Juan solo me venía a la mente la larga calle madrileña. Ahora también contemplo al científico, marino y espía que fue. En esta novela Jorge Juan es destinado a Londres con la misión de espiar los astilleros ingleses para poder mejorar la calidad y cantidad de flota naval española.
Su tapadera consiste en acudir como miembro de la Royal Society con la finalidad de dar algunas charlas científicas. Jorge Juan escribió tratados que explicaban que la tierra no era completamente redonda, la circunferencia no era perfecta: se estrechaba en los polos. Por tanto, era un miembro muy respetado por la comunidad científica.
Lo que explico en los dos párrafos anteriores es veraz. Y la mayor parte de lo que narra Calvo Poyato en la novela, sorprendentemente, también. No quiero desvelar nada más de la trama puesto que es mucho mejor que cada cual la descubra por sí misma, pero os diré que la lectura es trepidante. No lo puedes soltar.
El Madrid de la época, las tertulias, la ciencia y la religión
Quería reseñar algunos de los temas en los que más hincapié se hace, aunque se tratan muchos otros. Calvo Poyato nos habla de las tertulias o reuniones salones privados. Algunos pudientes ofrecían sus casas como lugares de reunión a diferentes personas (alta sociedad) con ánimo de comentar la actualidad o debatir distintos temas.
Uno de los asuntos que está presente en estas tertulias (y en muchos otros momentos y aspectos de la novela) es la lucha de la ciencia por hacerse un hueco. Una batalla que pretende poner fin a la censura (y de cómo el Santo Oficio estaba dando sus últimos garrotazos). Pero, por lo que se ve, resultará muy costoso conseguir que cierta parte de la población se deshaga de algunas verdades religiosas, aunque sean contrarias a hechos demostrados científicamente.
-A ese Cristo lo llaman así porque dispensa su protección durante las tormentas.
-¿Qué hace? –preguntó el rapaz.
-Logra que los demonios, que cabalgan sobre las nubes y acompañan a los rayos y los truenos, se alejen de Madrid. -¡No le cuente esa clase de mentiras al muchacho! -Lo reprendió un sujeto, vestido a la francesa: casaca, tricornio, calzón ajustado y medias-. ¡Eso son paparruchas! ¡Viejos cuentos para embaucar a la gente!
(…)
-¿No cree, vuesa merced, en los demonios?
-Lo que no creo es que vengan cabalgando sobre las nubes de las tormentas. Eso va contra toda razón y contra la lógica más elemental.
-¡Ah! Ahora comprendo. Vuesa merced es uno de esos que todo lo fían a la razón.
También habla de tradiciones, de personajes y de los ropajes que vestían; mientras tanto nos lleva de paseo por callejones del Madrid de entonces (y de ahora). Respecto a las costumbres, me sorprendió mucho lo del lenguaje basado en lunares falsos que utilizaban algunas mujeres. Vale, el lenguaje de los abanicos sí es más conocido, pero ¿lo de los lunares?
un lunar había aparecido justo encima de su pómulo derecho, cercano al ojo. Era lo que se denominaba una «mosca», pequeños lunares artificiales, confeccionados en seda o tafetán negro con los que las damas lanzaban mensajes.
Según leo en la Wikipedia, se importó de Versalles. En el apartado «Moda femenina» del enlace que os pongo a la Wiki aparecen los distintos códigos para enviar un mensaje coqueto, galante, descarado, juguetón, etc. Qué buen detalle propio de espía, Pepe. Por cierto, el lugar donde los coloca en la cita anterior significa apasionado.
La política de El espía del Rey
Sobre las conspiraciones políticas, toman gran importancia las intrigas dentro de Palacio. En aquella época reinaban Fernando VI (Borbón) y Bárbara de Braganza (de procedencia portuguesa) y existía una gran rivalidad -más o menos disimulada- con Inglaterra y Portugal respecto al dominio de parte del territorio Suramericano.
Sobre la política interior me ha hecho bastante gracia que Calvo Poyato haga aparecer el término «cloaca», que tan en boga está últimamente. Resulta que tres siglos después seguimos en las mismas.
Estaban bien pagados y resultaban extraordinariamente útiles a la hora de solventar determinados asuntos. Quedaban bajo sus órdenes directas y se valía de ellos para realizar ciertos trabajos que resultaban necesarios, pero que no podían justificarse oficialmente. Estaban a sueldo de la Secretaría de Guerra y Marina, pero sus salarios no quedaban reflejados en la contabilidad. Efectuaban seguimientos, frecuentaban los lugares menos recomendables de la Villa y Corte y tenían contacto con gente que se movía en ciertos ambientes de los que recibían información sobre asuntos que no podían resolverse a plena luz del día. Eran lo que Ensenada denominaba la Cloaca. También eran los encargados de llevar a cabo misiones escabrosas, pero necesarias para el buen funcionamiento de las estructuras del Estado.
¿Lo del espía es cierto? ¿me creo todo?
Una de las cosas que más me han gustado es que tras finalizar la novela hay unas cuantas páginas con aclaraciones que realiza José Calvo Poyato en cuanto a qué hechos se han contado tal y como ocurrieron, cuáles son ficticios, cuáles se ha tomado la licencia de mover en el tiempo o en el espacio, etc. Te lo deja todo bien mascadito y clarito.
Es decir, terminas con la seguridad de no haber sido engañada en ningún momento. Que puede ocurrir que te creas a pie juntillas lo que aparece en una novela histórica y luego resulte que esa parte era una invención, una licencia creativa. Con Calvo Poyato parece que esto no puede ocurrir.
Conclusiones del Espía del Rey
Me ha parecido, por un lado una novela de espías buenísima, que te tiene completamente enganchada; por otro una novela histórica interesantísima, llena de datos y curiosidades. La verdad es que me habría encantado haber tenido a Calvo Poyato como profesor de historia en mis años de estudiante. Sin duda me habría suscitado mucho más interés esa materia.
Eso sí, como recomendación, no vayáis buscando en Google si tal persona existió o si tal historia es verdad, es mejor esperar a llegar al final: el propio autor despejará todas vuestras dudas. Yo fui buscando algunos detalles pero con otros preferí esperar a terminar la novela para buscarlos en google.
La sorpresa fue el encontrar esas páginas con aclaraciones por parte del autor (que no sabía que estaban). Leerlas fue muchísimo mejor que haber gugleado.
Así que si lo leéis, esperad, sed pacientes y aguantaos con la duda de qué es ficción y qué es real. Os aseguro que os sorpenderá y será la guinda de esta magnífica historia de conspiraciones.
Por último, quiero mencionar el mapa de Madrid del S. XVIII que aparece en las primeras páginas. El mapa te permite seguir de cerca, como si El espía del Rey fueras tú, los pasos de Jorge Juan y del resto de personajes a través de las calles y callejones de la Villa y Corte.
Coincido totalmente contigo. Lo he leído y me ha encantado, enganchada y casi no te deja parar de leer. A mí me encanta la historia, la historia novelada y las novelas históricas.
He disfrutado mucho.
Seguiré leyendo más de este autor.
Gracias
Me alegra que lo hayas disfrutado tanto! El autor es buenísimo, hay que seguirle la pista 😀
Un saludo!
Me ha parecido interesantisimo, lo tengo que leer.
Millones de gracias por tu ayuda con estas guias sobre los libros, son orientaciones magnificas.
Graaias a ti por el interés en las entradas, se agradece. Un abrazo!