El diablo cojuelo / Luis Vélez de Guevara

Vamos a cambiar de tercio, porque sí. Un poco de serenidad, volvamos a lo antiguo.

Pues helo, aquí. Circunstancias de la vida: el fin de semana pasado asistí a una memorable fiesta temática celebrando 27 noviembres. El tema era «Ángeles y demonios», literalmente me dijeron:

«no tndrás lo webos de venir de ángel… porque lo que tu ereee eh un angel caído, tantas veces que tas tutto moretti»

Estaba claro, así que he estado 3 semanas a lo modista: compro tela, me lo corta usté por aquí, si es tan amable, trae, empuño tiza, ya corto yo por aquí, hay que hilvanar desde aquí hasta aquí. ¿Dónde cojones ESTÁ la aguja?. Pánico. La tele es una puta mierda. Me duermo con la aguja entre las manos.

Total, que con la obsesión del demonio en la cabeza y las ganas de desintoxicar mis ojos por una temporada, me he encontrado el libro éste de El diablo Cojuelo, de un tal Luis Vélez de Guevara. Bueno, como ven, el libro se llama «Tres novelas de oro»; las que le acompañan son:
-El lazarillo de Tormes, que me lo leí hace muuuuucho y un par de veces (primero el modernizado y luego en castellano antiguo). Pero no sé si me lo volveré a releer, no lo tengo físicamente, no tengo extractos, no tengo entrada.
El Buscón, de Quevedo. Que de ese sí que tenemos entrada, señores.

La novela esta data oficialmente de 1641, 10 años antes que El Criticón, pero no se aclaran de cuándo se escribió. Unos dicen que en el 31 ya iba por el capítulo 7, otros que no, que en el 37 no había empezado… vamos, que no lo saben bien. Lo comparo con el Criticón, porque hay pasajes (en este caso se llaman TRANCOS, en El criticón eran CRISIS) que me recuerdan entre sí, por el rollo alegórico del desfile de La Fortuna, y todo el séquito que la acompaña. (Lisonja, Mudanza, Hermosura, Envidia, Ambición, Avaricia, Usura, la Simonía, la Mohatra, la Chisme, la Baraja, la Soberbia, la Invención, la Hazañería, etc..)

Aquí, el señor Cojuelo, es un diablo que desatiende a sus obligaciones (tenía que estar «al servicio» de otro pavo), al ser liberado (al estilo aladino, con la diferencia de haber ofrecido sus servicios primero) por un estudiante que anda huyendo por las azoteas por un asunto de faldas y de honor.

«-¿Eres demonio plebeyo, o de los de nombre?
-Y de gran nombre -le repitió el vidrio endemoniado-, y el más celebrado en entrambos mundos.
-¿Eres Lucifer? -le repitió don Cleofás.
-Ese es demonio de dueñas y escuderos -le respondió la voz.
-¿Eres Satanás? -prosiguió el Estudiante.
-Ese es demonio de sastres y carniceros -volvió la voz a repetille.
-¿Eres Bercebú? -volvió a preguntalle don Cleofás.
Y la voz a responderle:
-Ese es demonio de tahúres, amancebados y carreteros.
-¿Eres Barrabás, Belial, Astarot? -finalmente le dijo el Estudiante.
-Esos son demonios de mayores ocupaciones -le respondió la voz-: demonio más por menudo soy, aunque me meto en todo: yo soy las pulgas del infierno, la chisme, el enredo, la usura, la mohatra; yo traje al mundo la zarabanda, el déligo, la chacona, el bullicuzcuz, las cosquillas de la capona, el guiriguirigay, el zambapalo, la mariona, el avilipinti, el pollo, la carretería, el hermano Bartolo, el carcañal, el guineo, el colorín colorado; yo inventé las pandorgas, las jácaras, las papalatas, los comos, las mortecinas, los títeres, los volatines, los saltambancos, los maesecorales y, al fin, yo me llamo el Diablo Cojuelo

Total que se juntan los dos, y el diablo cojuelo empieza a enseñarle la ciudad y explicarle cada caso, cada situación, como si fuera un telón, como Critilo y Andrenio en El Criticón, va pasando revista a los defectos de la sociedad.

«Y levantando a los techos de los edificios, por arte diabólica, lo hojaldrado, se descubrió la carne del pastelón de Madrid como entonces estaba, patentemente, que por el mucho calor estivo estaba con menos celosías, y tanta variedad de sabandijas racionales en esta arca del mundo, que la del diluvio, comparada con ella, fue de capas y gorras

Y, para colmo, le muestra que aquella mujer por la que le perseguían era una lagartona que se iba a casar con otro, así que decide vengarse. Como Don Mendo.
Y así, entre que van viendo cosas y volando de una ciudad a otra, hacen parada larga en Sevilla. Ahí tienen un encuentro con Cienllamas, porque claro, qué pensaban, el diablillo tiene un jefe, y no son de esos que se olvidan de que un empleado está desatendiendo sus obligaciones.
También aparecerá la lagarta en escena.

Momento apoteósico del libro es una disertación sobre la poesía que se marca el diablo cojuelo que es cojonuda, jajaja, cómo las clavaba.

«se manda que todos escriban con voces castellanas, sin introducillas de otras lenguas, y que el que dijere fulgor, libar, numen, purpurear, meta, trámite, afectar, pompa, trémula, amago, idilio, ni otras desta manera, ni introdujere posposiciones desatinadas, quede privado de poeta por dos academias, y a la segunda vez confiscadas sus sílabas y arados de sal sus consonantes, como traidores a su lengua materna.
(…)
Item, que ningún otro poeta sea osado a hablar mal de los otros sino es dos veces en la semana

A parte, tal y como viene presentado, me recuerda a la asignatura de Diplomática: su invocatio, su expositio, su dispositio,… la verdad es que tiene muchos puntazos ahí.
El final tampoco se lo puedo contar, es inmediatamente posterior.

Tengo que decir que me ha gustado, mucho, es de esos moralistas que me molan. O me ha dado a mí esa impresión, además me hace gracia la obsesión con la poesía que tiene

«-Contra hidalguía en verso -dijo el Diablillo- no hay olvido ni chancillería que baste, ni hay más que desear en el mundo que ser hidalgo en consonantes.«

O bueno, con la lengua en general:

«En ese otro aposentillo lleno de papeles y libros está un gramaticón que perdió el juicio buscándole a un verbo griego el gerundio»

Lo único que no me ha gustado ha sido en partes en las que se pone a nombrar a marqueses, duques y demás realezas durante una puta página entera. Pero se soluciona rápido, porque como vienene en mayúsuclas, se nota rápido con unsimple vistazo cuándo ha terminado con el temita.

Sin más dilación me despido entre humos, lamento mi tardanza.

***********************

«Daban en Madrid, por los fines de julio, las once de la noche en punto, hora menguada para las calles y, por faltar la luna, jurisdicción y término redondo de todo requiebro lechuzo y patarata de la muerte

«camino del infierno, tanto anda el cojo como el viento«

«Esta se llama la calle de los Gestos, que solamente saben a ella estas figuras de la baraja de la Corte, que vienen aquí a tomar el gesto con que han de andar aquel día, y salen con perlesía de lindeza, unos con la boquita de riñón, otros con los ojitos dormidos, roncando hermosura, y todos con los dos dedos de las manos, índice y meñique, levantados, y esos otros, de Gloria Patri. Pero salgámonos muy aprisa de aquí; que con tener estómago de demonio y no haberme mareado las maretas del infierno, me le han revuelto estas sabandijas, que nacieron para desacreditar la naturaleza y el rentoy

«(…)salieron del soñado (al parecer) edificio, y enfrente dél descubrieron otro, cuya portada estaba pintada de sonajas, guitarras, gaitas zamoranas, cencerros, cascabeles, ginebras, caracoles, castrapuercos, pandorga prodigiosa de la vida, y preguntó don Cleofás a su amigo qué casa era aquella que mostraba en la portada tanta variedad de instrumentos vulgares, -que tampoco la he visto en la Corte, y me parece que hay dentro mucho regocijo y entretenimiento.
Ésta es la casa de los locos -respondió el Cojuelo-, que ha poco que se instituyó en la Corte, entre unas obras pías que dejó un hombre muy rico y muy cuerdo, donde se castigan y curan locuras que hasta ahora no lo habían parecido

«Esotro que está en ese otro aposentillo -prosiguió el Cojuelo- es un ciego enamorado, que está con aquel retrato en la mano, de su dama, y aquellos papeles que le ha escrito, como si pudiera ver lo uno ni leer lo otro, y da en decir que ve con los oídos. En ese otro aposentillo lleno de papeles y libros está un gramaticón que perdió el juicio buscándole a un verbo griego el gerundio. (…)
En esa otra celda, sobre un cofre lleno de doblones, cerrado con tres llaves, está sentado un rico avariento, que, sin tener hijo ni pariente que le herede, se da muy mala vida, siendo esclavo de su dinero y no comiendo más que un pastel de a cuatro, ni cenando más que una ensalada de pepinos, y le sirve de cepo su misma riqueza

«-Vámonos de aquí, no nos embarguen por alguna locura que nosotros ignoramos; porque en el mundo todos somos locos, los unos de los otros.
El Cojuelo dijo:
-Quiero tomar tu consejo, porque, pues los demonios enloquecen, no hay que fiar de sí nadie.
-Desde vuestra primera soberbia -dijo don Cleofás- todos lo estáis; que el infierno es casa de todos los locos más furiosos del mundo.
-Aprovechado estás -dijo el Cojuelo-, pues hablas en lenguaje ajustado.»

«-Contra hidalguía en verso -dijo el Diablillo- no hay olvido ni chancillería que baste, ni hay más que desear en el mundo que ser hidalgo en consonantes.
-Si a mí me hicieran merced -prosiguió don Cleofás-, entre Salicio y Nemoroso se habían de hacer mis diligencias, que no me habían de costar cien reales; que allí tengo mi Montaña, mi Galicia, mi Vizcaya y mis Asturias»

«-Camarada, descansemos un poco, que es mucho pajarear este, y nos metemos a lechuzas silvestres; que la serenidad de la noche y el verano brindan a pasarla en el campo.
-Soy de ese parecer -dijo el Cojuelo-: tendamos la raspa en este pradillo junto a este arroyo, espejo donde se están tocando las estrellas, porque aguardan a la madrugada visita del Sol, Gran Turco de todas esas señoras

«la Esperanza: una jayana vestida de verde, muy larga de estatura, y muchos pretendientes por abajo, a pie, soldados, capitanes, abogados, artífices y profesores de diferentes ciencias, mal vestidos, hambrientos y desesperados, dándole voces, y con la confusión no se entienden los unos a los otros, ni los otros a los unos. Y por otro balcón del lado derecho va la Prosperidad, coronada de espigas de oro y vestida de brocado de tres altos, bordado de las cuatro estaciones del año, sembrando talegos sobre muchos mentecatos ricos, que van en literas roncando, que no los han menester y piensan que los sueñan»

«-¡Oh, cómo me pesa -dijo la Rufina- que va anocheciendo y encubriéndose el concurso de la calle Mayor!
-Ya todo ha bajado al Prado -dijo el Cojuelo-, y no hay nada que ver en ella; tome vuesa merced su espejo; que otro día le enseñaremos en él el río de Manzanares, que se llama río porque se ríe de los que van a bañarse en él, no teniendo agua, que solamente tiene regada la arena, y pasa el verano de noche, como río navarrisco, siendo el más merendado y cenado de cuantos ríos hay en el mundo.
-El más caudal dél es -dijo don Cleofás-, pues lleva más hombres, mujeres y coches que pescados los dos mares.
-Ya me espantaba yo -dijo el Cojuelo- que no volvías por tu río. Respóndele eso al vizcaíno que dijo: «O vende puente, o compra río.»
No ha menester mayor río Madrid -dijo don Cleofás-, pues hay muchos en él que se ahogan en poca agua, y en menos se ahogara aquel regidor que entró en el ayuntamiento de las ranas del Molino quemado

««PREMÁTICAS, Y ORDENANZAS QUE SE HAN DE GUARDAR EN LA INGENIOSA ACADEMIA SEVILLANA DESDE HOY EN ADELANTE.

(…)
Don Apolo, por la gracia de la Poesía rey de las Musas, príncipe de la Aurora, conde y señor de los oráculos de Delfos y Delo, duque del Pindo, archiduque de las dos Frentes del Parnaso y Marqués de la Fuente Cabalina, etc., a todos los poetas heroicos, épicos, trágicos, cómicos, ditirámbicos, dramáticos, autistas, entremeseros, bailinistas y villancieres, y los demás de nuestro dominio, así seglares como eclesiásticos, salud y consonantes.
——
Sepades:
(…)
—–
ordenamos y mandamos lo siguiente:
Primeramente se manda que todos escriban con voces castellanas, sin introducillas de otras lenguas, y que el que dijere fulgor, libar, numen, purpurear, meta, trámite, afectar, pompa, trémula, amago, idilio, ni otras desta manera, ni introdujere posposiciones desatinadas, quede privado de poeta por dos academias, y a la segunda vez confiscadas sus sílabas y arados de sal sus consonantes, como traidores a su lengua materna.
(…)
Item, que ningún otro poeta sea osado a hablar mal de los otros sino es dos veces en la semana.
(…)»

«Con que da fin esta novela, y su dueño gracias a Dios porque le sacó de ella con bien, suplicando a quien la leyere que se entretenga y no se pudra en su leyenda, y verá qué bien se halla

19 comentarios en «El diablo cojuelo / Luis Vélez de Guevara»

  1. Velez de Guevara…estudiante gamberro, mujeriego, mercenario y gran escritor. Un elemento de cuidao con muchas cosas que contar.
    Un tipo singular.

    El diablo Cojuelo es una novela mas surrealista que una pelicula de Buñuuel pero entre tranco y tranco despelleja a to quisqui, hacia el final de la novela el tio parece que se echa las manos a la cebeza «pero que coño estoy escribiendo joder» y empieza a enmendar los desaguisados con alabanzas y suavizando el asunto…mas que nada pa que no lo trincasen en un callejon oscuro tipo Alatriste.
    Eso empalma con el disfraz con el disfraz de angel cosido a las tantas en una fria noche de invierno con granizo y demas jajajaaa. Uno no elige los libros, son ellos quien hacen su eleccion.

  2. cyber: clavo, lo ha clavao con lo de las manos en la cabeza. Y con la definición que se ha marcado del autor va a conseguir que necesite más obras del susodicho. Y, efectivamente, los libros te eligen, ellos llevan las riendas.

    Humanoide: qué gran verdad.

    Besos y danke!

  3. eso se hace con un poco de wikipedia y un buen estracto a mano…en mi vida he leido nada de ese tio pero me han entrado ganas. Las apariencias siempre engañan, pero la botella de ron ponla a enfriar jajajajaja

  4. me ha pillao con el carrito del helao jajajajaaajja.

    Bah, no fue nada dificil. Se medio lee uno la biografia (muy interesante por cierto y te la recomiendo), se leen unos parrafos a voleo y luego sueltas ese discurso de coctel con canapé y quedas como dios.

    El problema es que despues te lo creas, por eso me he descubierto…para no tener pesadillas esta noche jajajaa

    «Quince hombres sobre el cofre del muerto.
    Ron ron ron la botella de ron.
    La bebida y el diablo hicieron el resto.
    Ron ron ron la botella de ron.»

    Si es que somos unos putos piratas.

  5. Se supone que cuando está con ella se destapa de unos cuantos pensamientos que tiene por ahí encerrados.

    No lo conocía. Ahora que lo dices, sí, sí.

  6. «la Esperanza: una jayana vestida de verde…»
    Ah, pues «jayana» no significa lo que yo pensaba…

    Y los «poetas autistas» serán los que escriben autos, claro… pero está bien la imagen.

    A mí Eurípides me está gustando mucho, entra mejor que Esquilo y Sófocles, es más «moderno» (reduce la parte del coro, etc.), y sus personajes femeninos son la caña, ya verás… y eso que aún no he llegado a Las Bacantes, que tiene una pinta increíble.

    Un beso!

  7. Redwine lo de jayana taampoco tenía ni puta idea. Peero la rae nos da significados distintos:
    1. m. y f. Persona de gran estatura, robusta y de muchas fuerzas.

    2. m. y f. El Salv. y Nic. Persona vulgar y grosera en sus dichos o hechos.

    3. m. germ. Rufián respetado por todos los demás.

    Supongo que se referirá a la primera, y usted a la tercera, en plan germanía, a lo rebelde.

    Un beso

  8. Sí, sí, a la carga.

    Si estoy metido en Medicina le debo mucho al café y a Red Bull, y a Red Bull.

    Me gustó mucho el Lazarillo, a ver si alguna vez me leo este que aquí recomiendas. Tiene buena pinta.

  9. Si, mejor un santa que el licorcafé es demasiado dulce.

    Jayana es una palabra despectiva que Velez atribuye a la diosa Esperanza, significa algo asi como «puta mal vestida que oyes las súplicas de quienes te da la gana»…lleva un traje verde y tiene un cuerpo poco femenino, su cortejo es una multitud que desesperada le suplica a gritos el favor pero ella los ignora.
    Luego, juega al contraste mostrando a la diosa Prosperidad a la que ni siquiera hay que pedir nada porque ella reparte talegos con dinero a quienes roncan, a quienes no lo necesitan.
    Asi, quiere decir que quienes precisan ayuda no la obtienen y quienes no la precisan la consiguen. De esta manera subraya que: ¿cómo no va a ser injusta la sociedad, que expuso anteriormente a Cleofás, si los propios dioses son tambien injustos y mentecatos? La Esperanza es una diosa ridicula que no oye y la Prosperidad es una diosa elegante pero estúpida.

    Cojuelo muestra la realidad y por si queda alguna inocencia que arrancar del alma del estudiante Cleofas…lo remata mostrando que ni siquiera los dioses del destino son de fiar.

  10. cyberwarrior Eso no lo ha leído en ningún lao, que lo sé yo.
    «Cojuelo muestra la realidad y por si queda alguna inocencia que arrancar del alma del estudiante Cleofas…lo remata mostrando que ni siquiera los dioses del destino son de fiar.»
    Plas,plas,plas! Fetén.

  11. Yo también lo busqué en el diccionario de la RAE, por eso me sorprendió. Lo que esperaba encontrarme es la definición que da cyber: «puta mal vestida que oyes las súplicas de quienes te da la gana»

    ¿El del anuncio de quesos no es el Lazarillo?

  12. cojuelo!! una lástima que esté en desuso… que grande el rabo del disfraz atrezzando el libro, al principio pensé era un globo deshinchado.
    Y lo de la jayana me ha parecido una definición espléndida. Esto me recuerda un juego estupendo:
    Se busca una palabra (rara/cultismo) en el diccionario, los participantes han de escribir la definición que crean correcta para introducirla en un continente (sombrero o las manicas inocentes de un asistente a modo de cuenco) y posteriormente leerlas y votar cuál es la verdadera (si es que alguien acertó)… curioso, por supuesto ha de contrastarse.
    A lo que el Buscón se refiere y su relación con K, puedo atestiguar y atestiguo que le pone a la autora del Blg los pelos como escarpias; de hecho su séquito estamos convencidos tiene en casa un almacén de ese título junto al de transpoting, los cuáles nos ha regalado a todos!

  13. rata con alas: Palomita mía, hahaha ya ve usté lo que son los libros y en qué momentos más propicios aparecen.
    El juego ese hazlo el sábado/domingo no se sabe aún cuándo será.
    Y creeeeo que confundes El buscón con La Busca de Pío Baroja. Ese es el libro que más he regalao junto a trainspotting, jajaja.
    Bicossssssssssssssssssssssssss

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