Cada día me motivo más con las fotos, cómo se nota lo ociosa que estoy.
Aquellos de ustedes que hayan tenido escarceos con páginas bukowskianas conocerán este nombre, John Fante (1909 – 1983). Si a eso le añadimos la tira de años que llevo queriendo leerlo (maldito Hank, maldito instigador), pueden imaginarse con las ganas que he cogido* (aquellos del otro lado del charco empleen agarrado) este libro. En realidad el clasicazo habría sido Pregúntale al polvo, otra novela de este autor y con la que se hizo famoso. Pero la verdadera promoción se la hizo Bukowski; todos los artículos que he leído acerca de este autor mencionan que poco se sabía de él hasta que Bukowski comenzó a haerse famoso y sus fieles, como una servidora, comenzaron a interesarse por él. Él, admirado del admirado. Dando Bukowski la tabarra en casi todos los libros, no podía defraudar. Y así comenzaron a publicarse sus novelas.
Es algo así como el precursor del realismo sucio, a pesar de que en realidad sólo está a una década de distancia de Bukowski. También el protagonista es un alter ego del autor, sólo que éste no es un borracho; pero sí comparte muchas características como ser hijo de inmigrantes, humildes, con intenciones de escritor, obsesionados con el sexo y a trabajo distinto cada semana. Un buscavidas, que se dice. Con 30 años es cuando publicó su primera novela. También fue guionista de cine. Con 46 empezó con la diabetes y 20 años después se quedó ciego a causa de ella.
Entre lo que publicó tiene su propia saga de 4 libros protagonizada por su álter ego Arturo Bandini: Espera a la primavera, Pregúntale al polvo, Camino de Los Ángeles y Sueños de Bunker Hill. *(21,10,2008) Los perdedores de John Fante / El mundo [digital]*
Más adelante deja de esconderse tras el álter ego y, directamente, llama a su protagonista John Fante.
Bueno, vamos a por la novela en sí. Es la primera novela que escribió y fue publicada de manera póstuma. El copy lo tiene Joyce Fante del 85 (como buena profesional que soy me leo tó), pero estuvo guardada durante casi 50 años. Fue escrita en 1936 y entonces no se la publicaron; quizás porque, en palabras del propio Fante dirigidas a un tal Carey McWilliams en una carta, «Parte del contenido pondría de punta los pelos del culo de un lobo. Puede que sea demasiado fuerte; quiero decir que carece de «buen gusto». Pero no me importa«. Y así se quedó, escondidica.
Presentemos al impresentable de Arturo Bandini. Un chaval de 20 años que vive con su madre, su hermana y sus libros. Pero no libros cualquiera, vulgaridades no. Schopenhauer, Spengler, Kant, Strachey (?), pero sobretodo Nietzsche. Madre mía, le tiene loco perdido. Aquí, nuestro amigo Arturo, se ve obligado a trabajar en diversos oficios sin demasiado éxito teniendo en cuenta lo desquiciante que es su forma de tratar a los demás. Estamos ante un especimen narcisista cuya única meta es ser escritor y conseguir el Nobel, para ello se empeña en utilizar palabros incomprensibles recién memorizados de esos libros que, sin entender ni mierda de lo que dicen, lee sin parar. En ese pedazo de sociedad que le rodeaba, ni su familia, inmigrante y católica, pasándolas putas desde que el padre murió, ni nadie, era capaz de mantener una conversación con él, ninguno de ELLOS estaba a SU altura. «Perros cristianos (…) ¡Canalones bucólicos! ¡Burrus Americanus! Chacales, comadrejas, sabandijas, asnos…, eso sois toda la peña. (…)»
Monta unos buenos espectáculos al estilo Ignatius Reilly (La conjura de los necios / Toole), con el que también comparten a una santa madre que, hay que joderse, las que tienen que soportar.
Éste Arturito, es escritor. Y lo grita (literalmente) a los cuatro vientos; se hace unas pajas mentales de flipar, está convencido de su inminente éxito. Y le encanta interpretar Así habló Zaratrusta.
Pero claro, siempre tiene que haber algo que le reconcoma por dentro y en este caso son las mujeres. Está obsesionado con ellas, creo entreveer que el amigo todavía no la ha metido en caliente, y allí que se encierra, con sus fotos de mujeres desnudas en el armario. Como un puto mono, dándole al vicio. Esto le causa cargo de conciencia, ¡qué pensaría Nietzsche si le viera con las fotos en vez de estar VIVIENDO la realidad?. Qué coño. A tomar por saco las fotos, sus idolatradas amigas de las que conocía cada centímetro tendrían que ser destruidas. Urgentemente.
Y aquí que va, dispuesto a comerse el mundo, Arturo Bandini…
Por mi parte tendré que agenciarme las otras 3 de la saga.
*****
«-¿Eres consciente del hecho -dije- de que un anillo de casada no es sólo un objeto vulgarmente fálico sino también un vestigio residual de un primitivismo salvaje, anómalo en esta época de presunto saber y progreso?»
«Era pura como el hielo. Nos llevábamos como el perro y el gato.»
«Salió del dormitorio en bata.
-¿Qué tal está Jehová esta noche? -dije-. ¿Qué piensa de la teoría cuántica?
Entró en la cocina y se puso a hablar con mi made a propósito de la iglesia. Discutieron por las flores, por cuáles eran mejores para el altar, las rosas rojas o las rosas blancas.
-Yavé -dije-. La próxima vez que veas a Yavé, dile que quiero hacerle unas cuantas preguntas.
Siguieron hablando.
-Oh, Santo señor, Jehová, contempla a tus pies a Mona, tu cursi adoratriz, babeando mongólicas sandeces. Oh, Jesús, es una mujer santa. Dulce y saltarín Jesucristo, es una mujer sagrada.
-Arturo, para ya -dijo mi madre-. Tu hermana está cansada.
-Oh, Espíritu Santo, oh triple personalidad santamente inflada, líbranos de la Depresión. Elige a Roosevelt. Manténnos en el patrón oro. ¡Echa a Francia, pero por los clavos de Cristo, manténnos a nosotros!
-Arturo, para ya.
-Oh, Jehová, con tu mutabilidad infinita a ver si puedes arañar alguna moneda para la familia Bandini.
-Es vergonzoso, Arturo -dijo mi madre-. Vergonzoso.
Me subí al sofá y grité:
-¡Rechazo la hipótesis de Dios! Abajo la decadencia del cristianismo fraudulento! ¡La religición es el opio del pueblo! ¡Todo lo que somos o esperamos ser se lo debemos al diablo y a su contrabando de manzanas!«
«Todas las mañanas me despertaba pensando lo mismo. Tengo que encontrar un trabajo ya, maldita sea. Desayunaba, me ponía un libro bajo el brazo, los lápices en el bolsillo y salía. Bajaba las escaleras y echaba a andar por la calle, unos días con frío, otros con calor, unos con niebla, otros despejados. No importaba, con el libro en la axila, a buscar trabajo.«
«Qué idiotas eran. Se dejaban la piel trabajando. con mujeres que alimentar, un enjambre de niños con la cara sucia, preocupaciones por la factura de la luz y de la tienda de comestibles, qué lejos estaban ellos, qué distantes, desnudos bajo el sucio mono, con su necia cara mexicana picada de viruela, saturados de imbecilidad, viéndome volver, creyéndome loco, produciéndome escalofríos. Eran gargajos espesos y cachazudos, pegotes pringosos y abotargados, y en cierto modo como el pegamento, pegajosos, estancados, indefensos y sin esperanza, con los ojos tristes de los pobres y apaleados animales de campo. Me creían loco porque yo no parecía un pobre y apaleado animal del campo. ¡Que me crean loco! ¡Claro que estoy loco! ¡Patanes, voceras, alcornoques! Me trae sin cuidado lo que penséis. Me daba asco tener que estar tan cerca de ellos. Quería darles una paliza, de uno en uno, pegarles hasta que fueran una masa de heridas y sangre. Quería gritarles que apartaran de mí aquellos malditos ojos deprimentes y melancólicos de apaleado, porque levantaban una losa negra en mi corazón, un lugar abierto una tumbra, un agujero, una llaga de la que salían en doliente procesión sus difuntos a la cabeza de otros difuntos y por la que desfilaba el sufrimiento y la amargura de su vida.»
«Era demasiado frío. Guardaba las distancias. Hacía que me sintiera un empleado. Yo ya sabía que era un empleado. No entendí esa necesidad de que me lo pasaran por las narices.»
«Era un perro sincero: ladraba y además mordía«
«Sí, yo lo escribí.
Señoras y caballeros de la comisión, de la comisión tetuda, de la comisión peluda y concienzuda, lo escribí yo, señoras y caballeros, lo escribí yo. De verdad que sí. No lo entregaré: una tímida propuesta, si se me permite decirlo, una nadería. Pero gracias a sus amables palabras. Sí, los quiero a todos. Sinceramente. Amo a todos y cada uno de ustedes, anís, parchís, París, ¡achís! Amo especialmente a las mujeres, a la fémina, la fe y la mina. Que me desvistan y se adelanten. De una en una, por favor. Tú, despampanante golfa rubia. A ti te tendré la primera. Aprisa, por favor, tendo el tiempo justo. Tengo mucho que hacer. Hay poco tiempo. Soy escritor, ya sabes, mis libros, ya sabes, la inmortalidad, ya sabes, la fama, ya sabes, ya conoces la Fama, ¿no? Fama, la conoces, ¿no? La fama y todo eso, bah, bah, un simple incidente en el tiempo del hombre (…)»
«Tomé el autobús. Era la única moneda que tenía. En el autobús me quedé dormido. Me había equivocado de autobús. Tuve que recorrer andando 8 kilómetros.»
«¿Y dónde estaría ella, la mujer que había sido mía aquella noche esplendorosa? Oh, niebla, llévame hasta ella. Tengo mucho que olvidar. Hazme semejante a ti, agua flotante, difusa como el alma, y condúceme a los brazos de la mujer de blanca faz. (…)
Te estoy viendo, mujer de aquella noche; te veo en la santidad de algún mugriento albergue del puerto, con la niebla fuera, y tú con las piernas abiertas y el frío de los besos mortales de la niebla, y con olor a sangre en el cabello, un olor dulce como la sangre, tus medias descosidas y rotas colgando en una silla desvencijada bajo la fría luz amarilla de una bombilla solitaria y sucia, en el aire flota olor a polvo y a piel húmeda, tus destrozados zapatos azules yacen tristemente a los pies de la cama, surcan tu cara las arrugas de la fatigosa infelicidad por desfloramiento chabacanao y la embrutecedora pobreza, tus labios de golfa, y no obstante suaves, hermosos y melancólicos me gritan que vaya, vaya, vaya a ese desdichado cuartucho para cebarme en el putrefacto éxtasis de tu forma, para darte una belleza tortuosa del infortunio y una belleza tortuosa a cambio de la ordinariez, mi belleza a cambio de la tuya, la luz ennegreciéndose mientras gritamos nuestro triste amor y adiós al enrevesado parpadeo de un amanecer gris que se negaba a comenzar en serio y que en realidad nunca habría llegado a tener fin.»
Uy, me encantó! Y si nombrás a Ignatius Reilly… (que, escuché hace un tiempo que iba a filmarse con P. S. Hoffman y aún estoy a la espera)
Sabés que hace rato que vengo con ganas de leer algo de Fante y no sé por cuál empezar, ¿este qué tal?
Están buenos los párrafos; por lo que leí no me cae tan mal el personaje, se resiste, con razón creo yo.
Me encantó el detalle de llamar al protagonista John Fante, terminemos con esta farsa, está muy bien. Ese tipo de cosas me fascinan cuando leo un libro, uno de los últimos que leí de Onetti también, a mitad de novela, entra un personaje llamado Onetti en acción. También Hitchcock solía hacer eso, si no estoy divagando.
Muy bueno, como siempre.
Abrazo!
Gracias por este descubrimiento. No conocía a John Fante. Ha sido leer el nombre de Ignatius Reilly y acto seguido, apuntar la novela a mi lista de libros pendientes.
Un saludo.
genial Fante, un gran olvidado y un desconocido para muchos como bien dices, Preguntale al polvo es impresionante.
por cierto, la foto de la portada del libro de tu entrada es muy buena.
saludos y un placer pasear por aqui!!!
Seguro que me gusta Fante, simpatizo mucho con los personajes excéntricos y neuróticos tipo Ignatius (lo cual me preocupa un poco…)
¿Película de La conjura…? No sabía nada, desde luego mucho mejor Hoffman que Jack Black, que según he visto por ahí es otro candidato.
De la cabecera de mi cama cuelga un retrato de John Fante.
Un héroe de mi infancia.
Un escrito al que admiro sinceramente.
Un comentario al comentario de bárbara: me dan mucho miedo ese tipo de adaptaciones al cine.
De hecho, pregúntale al polvo fue adapatada al cine y fue algo así como un crimen abominable.
En fin, saludos afectuosos.
Pase por la librería un día de éstos, katrina. Se la extraña.
Fante es uno de los autores pendientes que quiero leer. A ver si el año que entra me leo algo. Me late el de «Pregúntale al polvo». Como a Bárbara, también me gustan ese tipo de cameos que los autores hacen.
Como siempre, gracias por la recomendación.
Un saludo
🙂
Yo hace años tenia , trabajos al estilo de Fante , recuerdo que una vez trabaje durante 2 semanas en una bencinera y en tiempo de colación , leía algunos libros. Muchas veces me pregunte que estoy haciendo aquí , la respuesta era sencilla , estoy en una vida al estilo John Fante
Jajaja,me ha encantado tu manera de comentar el libro.Justo hace una semana o dos acabé «Pregúntale al polvo» y no he leído nada más de Fante.
¿Con cuál me recomiendas que empiece a conocer a Bukowski?.Un saludo,usted también está en su casa. Me encantan estos blogs de lectura,por fin alguien con quien comentar!!!
Tendré que leer a Fante, empezaré por este.
A Katrina:( con las vacaciones se me paso el contestar el post que me dejaste en septiembre, ya llovió bastante y al final me olvidé)
No les hago ficha a los libros físicamente, sólo llevo una base de datos con los que tengo, en un programa llamado Alejandría, en el cual metes el ISBN, y ya te cubre los datos como Título, Autor, Editorial, Encuadernación y a veces te pone la cubierta, sino la puedo poner yo mismo. Tengo que decir que este programa sólo funciona en Linux, para Windows uso una base de datos que hice en Access. pero mas sencilla.
Bueno bueno, agradecida a ustedes, visitantes todos de este humilde rincón empapelado…
Diré que a partir de la próxima entrada les contestaré aquí y en sus respectivos blogs (por duplicao) para que puedan ver lo que les respondo a todos. Más que nada porque algunas respuestas quizás puedan ser de interés para algún otro.
Abrazos, abrazos.
Esto es lo que es…que nos descubras gente asi.
¿Quien coño iba a pensar que habia alguien mas sucio que Bukowski y tambien mas viejo?
Prometo pasar por su blog, señorita Bandassos, mas a menudo.
Gracias.
(hay que joderse con la palabrita de verificacion que me toca escribir…»falitop»)
ajajjajajaajaja
Si es que el blog este lee la mente, querido anónimo.
Ha visto la suciedad en sus ojos…
Muchas gracias por su visita, amigo.
Para cuando una critica del libro de moda…Gomorra (roberto saviano)
eh?
Para antes de ver la pinícula.
hahahahaahaha
vale,vale. Lo a-punk-to.
Uhmmmm y por lo que acabo de ver lo hay en DEBOLSILLO por 8 lueris.
En cuanto pise una librería, ahmico.
Pe a te erre i ce
bazokas contra pistolas.
No sé si Dios nos odia
o tal vez nos confunda con una última novia.
Gracias por la recomendación, lo tengo en cuenta. Y por la información extra sobre las adaptaciones cinematográficas 🙂
Nos leemos!!