Siguiendo con los tebeos hoy os presento «Intrusos», de Adrian Tomine.
Una de las cosas que me está llamando más la atención de los tebeos es lo cuidadas que son las ediciones. Tiene lógica puesto que mucha parte del valor de estas obras es visual, a diferencia de una simple y llana novela. Imagino que por eso muchas editoriales no cuidan ese aspecto (¡el tacto de la portada hay que cuidarlo!, por dios) y, en cambio, otras destacan precisamente por este hecho. Personalmente lo valoro bastante, así que me está encantando leer estos tebeos ya solo por el simple hecho de sostenerlos con las manos.
Conforme voy siendo más mayor mis bibliopatías se acentúan y hoy en día valoro mucho una buena edición. Antes me la traía bastante más al pairo, sólo quería devorar libros en cualquier formato, hoy en día voy con más ojo (bueno, tacto) cuando compro un libro. Al lío.
Intrusos recoge seis historias de este autor. Para los que no le conocéis (como me pasaba a mí) es un conocido creador de cómic, nacido en California hace 45 años y que publica habitualmente viñetas en The New Yorker. Con esto ya le tenéis más o menos localizado.
Todo son historias cotidianas de la sociedad actual: los ojos puestos en el Siglo XXI. Cada una de ellas tiene un estilo distinto, la que más se diferencia de las demás es «Traducido del japonés», más que por el trazo, por la forma en que se narra: mediante instantáneas. Comparte colorido (y casi diría que gama de colores) con «Triunfo y tragedia».
El libro abre con «Una breve historia del arte conocido como «hortiescultura»» y te atrapa. En forma de «historietas» (unas con color, otras en blanco y negro) nos cuenta la vida y progreso de este hortiescultor. El personaje y sus aspiraciones son tan entrañables, y la realidad tan cruda… que sobrecoge un poco. Da penita.
Y esa forma de sobrecoger es lo que tienen entre sí, para mi gusto, todas las historias recopiladas en este libro. O dan penita o asustan a partes iguales. «Amber Sweet» (coloreada también) nos cuenta la historia de una chavala que es clavada a una actriz porno, y lo que eso le supone (como ocurre en Friends con Phoebe y Úrsula).
«Vamos, Búhos», «Triunfo y tragedia» (estos dos sin prácticamente color) e «Intrusos» (que da nombre a esta recopilación de historietas) son, del mismo modo, pellizcos de monja en el espíritu.
La soledad, las relaciones tóxicas, la enfermedad, la familia… todo temas que pueden tocarte la fibra fácilmente, pero no de un modo especialmente doloroso sino mezclando humor e ironía y aderezándolos con un toquecito de angustia. Es decir, lo que es la vida real en muchos casos (y no lo que debería de ser).
Me gustó más Dándole vueltas, pero es verdad que en ese caso son muchas más historietas y, por lo tanto, toca muchos más palos. No obstante, me ha gustado lo suficiente como para recomendarlo a aquellos que valoren este tipo de humor, real y crudo.