Me estreno con Isaac Asimov por medio de Yo, Robot. Se trata de uno de los autores más conocidos y valorados de la ciencia ficción y era casi un delito no haber leído nada suyo. Hablando de crímenes, ojo con esta portada. En mi defensa diré que lo primero que vi en la librería de segunda mano fue el lomo, lo pillé y no lo pensé mucho más. Fui consciente más adelante de la situación, pero bueno: «la belleza se encuentra en el interior». Ya, ya, también, también.
Superficialidades al margen, mi debut con el creador de las tres leyes de la robótica ha sido un éxito. La peli me la he dormido dos o tres veces, pero es que se parecen lo que un huevo a una castaña. Me han gustado mucho tanto las invenciones (visiones) del autor como la profundidad de los temas subyacentes. No solo se habla de robots, se cuestiona la naturaleza humana, la religión o la política. Buena muestra de la grandeza de su autor.
Isaac Asimov y su roomba iRobot
Asimov nació en Rusia a comienzos de 1920 más o menos, pero enseguida sus padres emigraron a Estados Unidos. Así que se crió en Brooklyn, donde su familia regentaba una tienda de chuches y prensa. Empezó a leer con cinco años, y con nueve ya devoraba ciencia ficción de revistas pulp que siempre tenía a mano en el negocio de sus padres.
Con el tiempo, terminó siendo profe de Bioquímica en la universidad de Boston, además de escritor. Es de esos autores que consiguieron palpar el éxito en vida, tanto creativa como económicamente. Pudo darse el lujo de dejar de trabajar en la universidad, lo que le sirvió para aprovechar el tiempo: su bibliografía es extensísima. Falleció en 1992 con centenares de publicaciones a sus espaldas.
Consideraba la ciencia ficción como «la rama de la literatura que se ocupa de la respuesta de los seres humanos a los cambios relativos a la ciencia y la tecnología». Supongo que es lo que define su obra.
No voy a leer Fundación porque me da bastante pereza meterme en sagas de ciencia ficción, pero tengo ganas de hincarle el diente a Bóvedas de acero.
Yo, Robot se publicó en 1950 por Gnome Press. Recopila unas cuantas historias sobre robots positrónicos que se habían ido publicando anteriormente en otros medios. La serie completa sobre los robots consta de 37 historias; este título no incluye ni una tercera parte.
También conviene aclarar que la versión cinematográfica que protagoniza Will Smith no tiene prácticamente nada que ver con este libro. Por lo visto, el guion de la peli que ilustra la horrenda portada se basa en una historia de otro notas, Jeff Vintarel, llamada Hardwired, a la que se añadieron ideas de Asimov tras adquirir los derechos necesarios.
Yo, Robot: las memorias de Susan Calvin en U.S. Robots
Lo cierto es que iba un poco a ciegas cuando comencé la lectura de Yo, Robot. Sabía que era de Asimov, imaginaba que era una novela y suponía que la famosa peli estaba basada en ella; en ninguno de los dos casos estaba en lo cierto. Casi que mejor, sobre todo lo segundo.
Las historias de los robots que aparecen tienen en común: a U.S. Robots, la empresa que los fabrica, y a Susan Calvin, que trabajó en dicha empresa durante décadas y es quien las desvela como relatos independientes que siguen un orden cronológico. La sucesión sirve para ver cómo cada mejora de los prototipos conlleva mayor complejidad y mayores problemas. Cumplir todas las leyes (las tres leyes de la robótica) deja de resultar algo sencillo para los robots y puede suponer un riesgo para los humanos.
Las tres leyes de la robótica
Primera Ley
Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
Segunda Ley
Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
Tercera Ley
Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley
Susan Calvin está especializada en Robopsicología y se dedica a estudiar el comportamiento de los androides. A lo largo de su trayectoria profesional ha sido testigo de la evolución de los cerebros positrónicos y de cómo cada nuevo modelo adquiría una mayor Inteligencia Artifical. Hay que ver lo sencillo que es ser un autómata y lo difícil que es tomar decisiones, ¿que no?
La adaptación humanidad-robots según Asimov
«No creo que el Homo sapiens posea ningún derecho divino al peldaño superior. Si algo es mejor que nosotros, déjalo que suba al peldaño superior». Eso decía Asimov explícitamente en una charla, pero es que también lo deja caer entre las líneas de Yo, Robot.
De hecho, casi todo ocurre entrelíneas porque no hay demasiada acción o movimiento, pero sí mucho palique. La narración es ligera, no aburre aunque tenga palabros técnicos que al principio te sorprendan. Pero como decía, la mayor parte del relato se sustenta en diálogos; lo que refleja muy bien el peso que tiene la interacción ente humanidad y robots. No importa dónde esté teniendo lugar esa conversación, importa la conversación y los supuestos que se plantean.
Además, conforme avanzas en la lectura y transcurre el tiempo narrativo, las situaciones evolucionan. Mola ver cómo, según los robots van siendo más hábiles y espabilados, empiezan a afrontar los dilemas de formas mucho más «creativas» que al principio. Eso, aquellos que consiguen gestionar estas situaciones, claro, porque a algunos se les fríe el cerebro en el intento. Lo mismo que a muchas personas.
Está claro que al tratarse de relatos independientes unos te calan más que otros, pero en conjunto este Yo, Robot de Asimov me ha molado mucho, a pesar de no ser yo lectora de ciencia ficción. Repetiré con el autor, seguro; y lo mismo, más adelante, hasta pruebo con algo de Arthur C. Clarke, por aquello de seguir tachando nombres de la lista. Acepto sugerencias.
Genial como siempre, gracias
Este libro me encanto, lo lei hace unos cuantos años y es fantastico. Tambien hay otro
de Isaac Asimov que me impacto: LOS PROPIOS DIOSES.
Mil gracias por la reseña
Gracias a las dos por la visita ♥