Pedro Juan Gutiérrez nace en 1950 en La Habana y al parecer con vocación de periodista. tuvo Quería contar la realidad que vivía. Esa que a los turistas intentan ocultarnos.
En Trilogía Sucia de La Habana hay muchas referencias a nosotros, los europeos (aunque los espagnioles seamos los menos europeístas de todos) que llegan y se ponen a hacerle fotos a las fachadas de las casas, asín, tan antiguas y “bonicas”. Ignorando que lo mismo en 5 pisos viven 40 personas que comparten 1 baño para todos, y, como hacer cola cuando te giñas es bastante incómodo, mejor truñan en un papel y luego lo lanzan al tejado de enfrente. O a la calle.
Ahora, eso sí, follan como cosacos. Normal, hacinados como sardinas y con el calor que hace….. ¡como para no!.
Y a jinetear, que en principio me sonaba a sinónimo de “hacer la calle” y no es sólo eso, también los pibes jinetean. En su caso se refiere a la compra-venta de cosas (desde cigalas, a contenedores de metal) para sacarse un sobre-sueldo, si es que tienen sueldo, que en su mayoría va a ser que no. Porque claro, no puedes tener más comida de la que te corresponde. Ni muchas otras cosas.
Sus libros son biográficos y cargados de mala ostia e impotencia que intenta compensar a base de ron, música y sexo. Que es lo que no le pueden quitar.
Al parecer está bastante hasta la polla de que lo comparen con Bukowski, pero esque, joder, si has leído a Hank… es inevitable el símil. Personas muy parecidas, sólo que en distinto momento y lugar. Y el notas dice que sus escritores admirados son Cortázar y Kafka. … pa mí que reniega de Buk. Ajaja. Aunque de sí mismo dice: “me alejo del pesimismo y la tristeza de Bukowski, soy más caribeño, alegre y tropical”. Y la primera vez que le compararon con él, fue aquí en España en 1998, …. EL NOTAS NO SABÍA QUIÉN ERA BUKOWSKI!!!!!!!!!!!!!!
Ya tiene delito…..
Parece increíble que lo que cuenta en Trilogía Sucia de La Habana se remonte únicamente a una década; lo que te hace pensar que hoy por hoy no diferirá mucho.
Un abanico de personajes, propiamente dicho y en todos sus sentidos.
Se nota cuándo alguien VIVE la calle y conoce a las personas. Un pibe que ha sido: obrero agrícola y de la construcción, soldado (zapador especialista en demoliciones), profesor de dibujo técnico, dirigente sindical, constructor, locutor, periodista ,actor de radio, pintor, poeta…. Y dedica su tiempo libre a holgazanear por El Malacón de La Habana, los barrios de putas, y a beber…… tiene carrera hecha.
En fin…. Ironía, suciedad, hambre, música, sexo, ronazos, callejeo, “persons”… y maaaaazo de risas.
LEÉRSUSLO!
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«Un amigo siempre me decía: -Pedro Juan, la única forma de vivir aquí es loco, borracho o dormido-. La gente más cuerda se acercaba por allí y les decían algo razonable. Y ellos:-Lo que quiero es irme de esta mierda. Allá sí se vive bien-. Era gente muy desesperada. Tal vez valiente. O ignorante. No sé. Sospecho que la valentía y la ignorancia se dan la mano».
«El tipo era un retorcido con alma de esbirro. Le habían inyectado bien en el cerebro la ilusión de su poder. Es el único método para fabricar mercenarios: convencerlos de que forman parte del poder. En realidad ni siquiera pueden acercarse al trono. Por eso los escogen entre los más rústicos. O entre los más retorcidos y enrevesados. Al final, cuando los años ya les pasaron por arriba, tienen una estupenda sensación de fracaso y derrota y de haber perdido el tiempo. Disfrutaron del poder, de las armas de fuego, de tener un palo en la mano, de decidir sobre los demás ciudadanos y humillarlos y darles golpes y empujarlos a la celda. Algunos comprendieron entonces, con el hígado hecho pedazos, que son unos brutos infelices con el garrote en la mano. Pero ya tienen tanto temor que no pueden soltarlo»
«La carne es débil. Por lo menos la mía es débil y pecadora. Y supongo que a todos les sucede lo mismo con sus carnes, pero a la gente le molesta enterarse y hasta han inventado los conceptos decencia e indecencia. Solo que nadie sabe precisar dónde están las fronteras que separan a decentes e indecentes.«
«lo cierto es que hay que saber. Si no tienes toda la información no puedes pensar, ni decidir, ni opinar. Te conviertes en un tonto capaz de creer cualquier cosa.
(…)
En tiempos tan desgarradores no se puede escribir suavemente. Sin delicadezas a nuestro alrededor, imposible fabricar textos exquisitos. Escribo para pinchar un poco y obligar a otros a oler la mierda. Hay que bajar el hocico al piso y oler la mierda. Así aterrorizo a los cobardes y jodo a los que gustan de amordazar a quienes podemos hablar».
«El sexo no es para gente escrupulosa (…). Si sólo es ternura y espiritualidad etérea entonces se queda en una parodia estéril de lo que pudo ser.»
«Esos celos de mujeres. Yo nunca los entiendo porque están tamizados por un egoísmo palurdo, de bolero barato. Uno debe celar sólo lo que merece la pena. Lo que es verdaderamente importante. Uno no debe desgastarse celándolo todo. Pero las mujeres no piensan igual. Son capaces de celar al mismo tiempo y con igual intensidad y vehemencia al marido, al amante y a dos enamorados. Tienen mucha habilidad para la vida. O mucho sentido pragmático»
«Yo viví sin detenerme jamás. Ahora necesitaba un descanso. Quedarme solo. En un lugar bien solitario, y pensar. No sé en qué. Pero presentí que debía hacer un alto para pensar un poco. Quizás para mirar dentro de mí. Y para atrás. Aunque después de todo, seguiré igual, como los locos»
«Parece que tendré que acostumbrarme a vivir con estos ataques intermitentes de melancolía y tristeza. Es igual que vivir con una vieja herida de bala, que duele cuando hay humedad. Tal vez tengo unos cuantos motivos para la pesadumbre. Pero no debe ser. La vida puede ser una fiesta o un velorio. Uno es quien decide. Por eso la congoja es una mierda en mi vida. Y la espanto. Así estoy siempre: espantando la congoja, la pesadumbre y todo eso».
«No me interesa lo decorativo, ni lo hermoso, ni lo dulce, ni lo delicioso. (…) El arte sólo sirve para algo si es irreverente, atormentado, lleno de pesadillas y desespero. Sólo un arte irritado, indecente, violento, grosero, puede mostrarnos la otra cara del mundo, la que nunca vemos o nunca queremos ver para evitarle molestias a nuestra conciencia»
«hoy no estoy muy ordenado por dentro. No puedo escribir. Sólo repito una frase: Amo las cicatrices, no las heridas. ¿Por qué repito eso como un paranoico? Amo las cicatrices, no las heridas».
«No quiero hablar de aquello porque aún no estoy preparado para tener el bisturí en la mano y decirle al respetable público presente: -Atiendan cuidadosamente y cúbranse la nariz. Voy a picar las tripas. Les advierto que saldrá mucha muerda. Y apesta. Para quienes no lo sepan: la mierda apesta.-«
«Estos amores fugaces son deliciosos porque carecen de expectativa. No tienen pasado ni futuro. La expectativa destruye muchas cosas. Pero aprender a eludirla es un arte«
«Es un vacilón ser diplomático. Tienes inmunidad y valija inviolable. Y eso es bueno. Es como decirte: haz lo que te salga de los cojones. Para ti no hay cárceles ni policía ni fiscales. Nada. Tú eres Supermán».
«Caminé un poco, vi de lejos el lugar donde viví veinticinco años. Allí fui feliz. Sólo que nunca lo supe. Uno percibe la felicidad cuando se acaba.«
«bueno, promiscuidades aparte, tuve que seguir. Endureciéndome, claro. La gente creía que yo maduraba. Pero no. Sólo intentaba ponerme más y más duro y no permitir que me manipularan. Cada quien que se jodiera solo. Yo tenía que dosificar bien el poquito de amor que me quedaba dentro para evitar que el tanque quedara en cero y el motor se detuviera. No perdía las esperanzas de recargar en algún sitio. Utópico de mierda. Jodido pero soñando con encontrar algo hermoso dentro de mí que de nuevo me llenara el tanque a tope para repetirlo todo y por ser otra vez aquel tipo generoso y buen amante. ¿Serás imbécil?, me preguntaba a veces. En otras ocasiones, más relajado, me decía: Sí, es posible.»
«Mi vida se dispersa continuamente. Como un río que se sale de cauce y se desborda sobre la tierra. Entonces tengo que abandonar muchas cosas y pensar qué es lo útil y lo bueno. Sólo así controlo las aguas y las retorno a su cauce. Es como un péndulo. Siempre ha sido así. Ya me acostumbré a vivir con estas inundaciones que lo arrasan todo, y después la calma, el control la soledad, el silencio. Es un largo aprendizaje. Infinito. Sospecho que nunca concluirá«
«En mi vida siempre se descuartiza el cabrón triángulo: amor, salud, dinero. El amor es mentira, el dinero un pájaro volando, la salud se arruina en un minuto. Así estoy. Regresando de muchos caminos. Vives en la utopía y la utopía se desmorona. La culpa no la tiene la utopía. En definitiva, siempre proponía la salvación para el futuro, para la próxima generación, para mañana. Tú tampoco tienes la culpa. Es un karma colectivo. Simplemente. Pero de todos modos sucede. Y entonces te dices: ¿qué hago? Puedo escapar o puedo quedarme y sobrevivir entre escombros. Insistir. Rehacer. O hacer algo nuevo, distinto. Sólo escapan los vencidos. Así. Me lo tomo a pecho. Pero todo eso es la locura de un mariguanazo en el cerebro.»