Smonk / Tom Franklin

Cubierta de «Smonk», de Tom Franklin. Ed. Dirty Works, 1ª ed. nov. 2022. Colección Dirty Works, v. 32.

Hacía tiempo que no sacaba un Dirty por aquí, bueno, ni nada, ando un poco liadilla. Pero lo de Smonk, de Tom Franklin, me ha hecho enganchar la silla del ordenador decidida a dejar testimonio escrito: esta novela está muy muy guapa.

Smonk es una historia de las del salvaje oeste, cuyo protagonista es imposible de olvidar, y en la que casi todo gira en torno a la búsqueda y la venganza. Lo de «salvaje» está en negrita por algo: hay violencia por un tubo, la misma cantidad que de humor negro.

La historia comienza en el pueblo de Old Texas, donde E. O. Smonk anda liándola bastante parda. No quiero contaros demasiado acerca del personaje que da título al libro porque mola mucho más irlo descubriendo una misma, pero sí os daré una pistilla:

«¿Quién no va a admirar el descaro de un tipo que se presenta a su propio juicio con una ametralladora y un grupo de asesinos a sueldo? ¿Quién no va a admirar a un tipo que nunca deja pruebas que lo incriminen? Un tipo que lleva tanto tiempo en el mundo después de irritar a tantísima gente, matar al doble y engañar a los pocos que queden, sin que le hayan despedazado a tiros o colgado del puto pescuezo, y sin sucumbir a cualquiera de las incontables enfermedades que parece coleccionar como si se tratase de un puto pasatiempo, pues coño, claro que sí, claro que admiro a ese hijo de la gran puta».

Además de esta buena persona que se ve que es Smonk, por la novela aparecerán otros personajes como: Evavangeline, una huérfana buscavidas con más peligro que un nublao; el alguacil McKissick, que When I though I was out, they pull me back in ; los Patrulleros Cristianos y mucha otra peña zumbada que hacen que vayas flipando continuamente con lo que pasa.

Smonk no es para estómagos sensibles. Es wild wild West y bloody bloody West.

Pero Franklin sabe manejar la carnicería. A mí no me mola el rollo gore, la sangre y las vísceras, y con Smonk no he tenido ningún problema. Espectadora desde un sitio seguro, el autor va atrayendo tu atención de un sitio a otro y no te da tiempo de procesar la puta matanza a la que acabas de asistir. Porque ya te tiene a otra movida.

«Los muertos estaban desparramados y reventados por todo el porche, mitades y cuartos tanto de caballos como de hombres esparcidos sobre charcos de brea en la calle. Un cráter humeante donde parecía que había estallado una bomba, y brazos, medias piernas y fragmentos varios por todas partes. El mundo parecía demasiado brillante».

Franklin nos va lanzando pelotas, y nosotras —obedientes— se las traemos de vuelta. Para que nos tire otra. Y así todo el rato sin otra preocupación que estar pendiente de lo que nos vaya lanzando. De E.O. Smonk. De Evavangeline. De los McKissick. De los Patrulleros Cristianos.

Poco a poco se va cerrando el círculo como en una Battle Royal (eso lo entenderán las más chavalas). Así, así hasta que termina el juego y te quedas exhausta preguntándote qué puta maravilla acabas de leer.

Esta es la segunda vez que aparece Tom Franklin en el blog, y se ve que le tiene pillao el rollo a lo de escribir novela, porque están guapísimas las dos. Esta no ha defraudado y el nivel con Letra torcida, letra torcida estaba altísimo. Smonk atrapa tanto o más, Tom sigue consiguiendo que todos los hilos despierten tu interés como lectora.

Así que, con este Dirty número 32, afianzo a Franklin como otro superdescubrimiento. Gracias a esta gente, que se va a buscar mandanga buena al otro lado del océano para luego darnos el gustazo de que podamos leerlo, y encima traducido por Javier Lucini.

Leed a Franklin, lo agradeceréis.

«Al cabo de una hora, avistaron decenas de buitres trazando círculos en el cielo. Al borde de un maizal reseco se toparon con cuatro hombres muertos, una escena cruenta que Walton describió en su cuaderno de bitácora como una ‘carnicería digna de las vicisitudes (įrevisar ortografía?) del Antiguo Testamento’.
Los cuervos habían dado paso a los buitres, carroñeros desgarbados, escurridizos y apestosos, convocados por la muerte como miembros de una familia de luto. Grandes aves desdeñosas dondequiera que se mirase, ceños tuberosos adheridos al cielo (…)».

PD: Igual que con la de Delincuentes de medio pelo molaría que hiciera una peli Guy Ritchie, me fliparía que Smonk la rodasen Burton y Tarantino de la mano. También te digo que si te gustó la serie Deadwood, esto sospecho que te puede flipar. Y si ya te has leído Smonk y te ha molao, busca Deadwood en HBO. Ya verás..

2 comentarios en «Smonk / Tom Franklin»

  1. Tiene toda la pinta de ser, como yo les llamo los «libros chicle», porque te dejan pegado hasta que lo terminas, jajajaja.
    Mil gracias

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