Historias de cronopios y de famas / Julio Cortázar

Segunda incursión en el enrevesado lenguaje de Cortázar, y he de decir que tan provechosa como la primera. Y eso que no soy muy de cuentos…

Algunos no tienen relación entre sí, los que se refieren a instrucciones varias (para dar cuerda a un reloj, para subir escaleras, para llorar, etc.) y otros cuentos.
Sin embargo los que propiamente son HISTORIAS DE CRONOPIOS Y DE FAMAS, hablan de los cronopios, los famas, y las esperanzas, seres imaginarios que «casualmente» viven situaciones bastante similares a las de las personas….representan algo así como las distintas clases sociales o actitudes diferentes ante la vida, vamos.

Cómo conseguir con palabras extrañas e imágenes caóticas que comprendas y sientas algo que te es tan común, pero que nunca lo habías visto bajo ese punto de vista, es todo un misterio para mí. Dotarle de sentido a cada acción y analizar el por qué de su llevada a cabo, rebuscar en el trasfondo de cada objeto y/o gesto parece la máxima para el señor Cortázar. Ese trasfondo que sólo se podría apreciar desde el otro lado del espejo.

Deliciosos, sin más.

PD: Libro de biblioteca. 🙂

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«Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente; la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina.» (Instrucción del manual de instrucciones)

«Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente un reloj, que los cumplas muy felices, y esperamos que te dure porque es de buena marca, (…) No te regalan un reloj, tu eres el regalado, a tí te ofrecen para el cumpleaños del reloj.» (Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj)

«Trabajo desde hace años en la Unesco y otros organismos internacionales, pese a lo cual conservo algún sentido del humor y especialmente una notable capacidad de abstracción, es decir, que si no me gusta un tipo lo borro del mapa con sólo decidirlo, y mientras él habla y habla yo me paso a Melville y el pobre cree que lo estoy escuchando. De la misma manera, si me gusta una chica puedo abstraerle la ropa apenas entra en mi campo visual, y mientras me habla de lo fría que está la mañana yo me paso largos minutos admirándole el ombliguito. A veces es casi malsana esta facilidad que tengo.» (Posibilidades de abstracción)

«Y los gestos del amor, ese dulce museo, esa galería de figuras de humo. Consuélese tu vanidad: la mano de Antonio buscó lo que busca tu mano, y ni aquella ni la tuya buscaban nada que ya no hubiera sido encontrado desde la eternidad.Pero las cosas invisibles necesitan encarnarse, las ideas caen a la tierra como palomas muertas.» (Qué tal, López)

«las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.» (Aplastamiento de las gotas)

«Los cronopios no son generosos por principio. Pasan al lado de las cosas más conmovedoras, como ser una pobre esperanza que no sabe atarse el zapato y gime, sentada en el cordón de la vereda. Estos cronopios ni miran a la esperanza, ocupadísimos en seguir con la vista una baba del diablo. Con seres así no se puede practicar coherentemente la beneficiencia, por eso en las sociedades filantrópicas las autoridades son todas famas, y la bibliotecaria es una esperanza. Desde sus puestos los famas ayudan muchísimo a los cronopios, que se fregan.» (Filantropía)

«Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural
Los esperanzas lo saben, y no se preocupan
Los famas lo saben, y se burlan
Los cronopios lo saben, y cada vez que encuentran una tortuga, sacan la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina.»(TORTUGAS Y CRONOPIOS)

11 comentarios en «Historias de cronopios y de famas / Julio Cortázar»

  1. Pues creo que fue en otra facultad, vaya usted a saber que con tal de sacarnos la pasta se inventan cualquier cosa.
    Le deseo suerte in the end of exams

  2. Leo tu post y encaro al estante para tomar la edición de Alfaguara que tiene en la contratapa tiene la cara joven de Cortázar con flequillo y tricota.
    Correos y telecomunicaciones,y la familia que entrega globos; El discurso del oso para ese animal solitario que raspa los caños,saco su hocico por las canillas y es el oso que va por los caños.
    La vida está compuesta de bichos húmedos que saltan como locos.

    saludos

  3. srta. Bandassos desde que se nos ha convertido casi en una bibliotecaria de faldita corta tableteada y gafitas intelectualoides se nos está tirando demasiado sobre las tablas polvorientas de los venerables archivos…haga el favor de leerse cosas de hoy, sueltese l moño y fumese un canuto mientras. Vuelva a ser la niña mala de antes, nos da mas morbo.

    Un saludo desde la estanteria A-6

    Cy.

  4. Está bien…el lunes dia 6 de Octubre del 2008 d.C. vendré por aqui a ver si has conseguido el reto (espero que me de tiempo a leermela tambien jajajaja porque soy mas lento que el caballo del malo). Me lo apunto en esta hoja de repollo pa que no se me olvide.

  5. Qué linda edición!
    Me encantó ese libro, «Historia con un oso blando» creo que es lo más tierno que leí, aunque se me ocurre que la carta para Bebé Rocamadour de la maga es insuperable. Y sí, lograr extrañarnos de lo cotidiano es un ejercicio interesante y divertido.
    Saludos!

  6. En lo que a mí respecta, cuando pienso en cortázar pienso en un tubo de neón y en una calle de londres en la que nunca estuve.

    Cortázar es, para mí, la memoria de un sueño que poco a poco olvido.

    Me trasmite la sensación de anillos de humo desvaneciéndose.
    Música de jazz y una pared de ladrillos.

    Sí.

    Todo eso es, para mí, Cortázar.

    Entre otro montón de cosas que tampoco pueden decirse.

    Saludos.

  7. joer!! qué maestro!- ahora me acuerdo de que cada maestrillo tiene su librillo. Este es el librillo de un maestro que me falta, voy a buscarlo ya mismo.

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