No podía cerrar 2022 sin dedicar alguna entrada al mundo del tebeo, así que el broche de oro lo trae Escucha, hermosa Márcia, de Marcello Quintanilha, editada (¡Cómo no!) por Astiberri y traducida por Mercedes Vaquero. Es de lo mejorcito que ha pasado por mis manos este año (y entiendo que somos muchas personas las que opinamos igual, puesto que se ha llevado unos cuantos premios).
Lo descubrí gracias a una recomendación de Eduardo Bravo (ya sabéis, el de Ummo. Lo increíble es la verdad) por Twitter, donde comentaba: «Me ha gustado la historia, me ha gustado el dibujo, pero lo que me ha dejado turulato ha sido la gama cromática, nada usual pero que funciona muy muy bien». Tras haberlo devorado en una sentada, puedo decir que suscribo sus palabras. Vamos al lío.
Marcello Quintanilha
Dado que soy bastante novata en el mundo del tebeo, hasta ahora no conocía al brasileiro Marcello Quintanilha a pesar de su extensa carrera. Un autor nacido en 1971, autodidacta en esto de las artes, que lleva publicando desde los dieciséis años (y lo que le queda). Ha trabajado para revistas y periódicos como ilustrador (entre otros, para El País y La Vanguardia) y también es profe en una escuela de cómic y artes visuales de Barcelona, ciudad donde vive desde hace más de veinte años.
Publica a ambos lados del Atlántico, es bastante prolífico, y hasta se ha atrevido con la prosa en su novela Deserama (2016), sin traducir al castellano por el momento. Lo que sí podemos encontrar en español son unos cuantos tebeos publicados en La Cúpula y Astiberri.
De ellos, además de Escucha, hermosa Márcia, el que más éxito ha tenido a nivel internacionales el thriller Tungsteno, obra que también obtuvo algunos premios. Por lo que he investigado, no deben quedar muchos ejemplares, salvo en librerías concretas. Esperemos que La Cúpula se anime a reimprimirlo: gracias a Márcia, seguro que habrá bastante gente interesada en conseguirlo.
Escuta, formosa Márcia
La Márcia de Marcello reside en una favela de Río de Janeiro, ciudad donde trabaja como enfermera. (Sobre)vive junto a su pareja, Aluísio (un bendito), y su hija Jacqueline (rebelde y malandra) que es por quien lucha Márcia y a quien intenta salvar de sus malas compañías de la favela.
La historia es bastante dramática, no cabe duda, pero la fortaleza de Márcia y su manera de afrontar las situaciones adversas que se encuentra a lo largo de estas 128 páginas la convierten en una heroína que consigue arrancarte una sonrisa a pesar del entorno. Pasas de la mala hostia (¿Pero cómo puede tratar Jacqueline así a su madre y a Aluísio?) al entusiasmo (joder, Márcia, esto no me lo esperaba, vaya par de ovarios); de la compasión (pobriña, lo que tienes que aguantar…) a la admiración (¡Eres la puta jefa!); de la tristeza (madre mía, esto no te lo mereces) a la alegría (¿Ves? es que te mereces esto y más).
Es como estar en un ascensor, arriba y abajo, del que no quieres ni puedes salir. Una Cidade de deus en la que la protagonista es una mujer trabajadora, una sufridora que no se queja, una madre sacrificada que no pierde la fe, una heroína que lleva la procesión por dentro y que tiene una fortaleza ejemplar.
Los colores y el dibujo de la hermosa Márcia
Como decía Eduardo Bravo, si algo llama la atención de esta historia (más allá de la trama misma) son los colores que ha utilizado Marcello a lo largo de las viñetas.
La paleta de colores utilizados incluye solo 28 y además se emplean de forma poco previsible. Según cuenta el autor en varias entrevistas , el hecho de que tengan mucho de irreal se debe a que quería «crear una metáfora sobre la desconexión con la realidad que existe hoy en el mundo a nivel global, una desconexión que hace que individuos como Trump o Bolsonaro ocupen los más altos cargos de la administración pública» (extraído de una entrevista publicada en el blog Un periodista de bolsillo, que os recomiendo).
En cuanto al dibujo, el proceso de creación ha sido completamente digital (utilizando los pinceles de Photoshop), no sobre papel. Y como comenta en la mencionada entrevista el autor, la cantidad de líneas (trazos) empleada es mínima, centrándose en trabajar sobre «manchas» de colores (como podéis ver en las imágenes que adjunto).
La unión de estas dos técnicas consigue un resultado muy original, pero con el que te sientes a gusto y ni te rechina ni parece que nada esté fuera de lugar. Terminas asumiendo que un cielo verde, un árbol rosa o una piel violeta son lo más normal del mundo y que se ajustan a la realidad.
Escucha, hermosa Márcia: un tebeo más que recomendable
Gran descubrimiento el del brasileño Marcello Quintanilha gracias a la historia de Márcia.
La historia en sí es bastante rica en temas (las relaciones humanas y familiares, el contexto social, la delincuencia o la supervivencia) y, a pesar de lo dramático del asunto, cuando cierras el cómic sientes que has pasado un muy buen rato. No desgasta el espíritu, casi diría que lo fortalece. Pero es que además tienes esos dibujos y esa gama de colores que, en cierto modo, ayudan a desvincularte del sufrimiento por el que pasan los personajes. Consigue exactamente lo que buscaba el autor. Todo un acierto.
Por estas razones, como decía al principio, va de cabeza a mi lista de preferidos del año. Un buen regalo de Reyes tanto para expertos del cómic como para neófitos: es una obra que bien merece un sitio en la estantería.
Que interesante lo que cuentas, cómo desmigajas el cómic sin destrozar la trama, al revés, haces que te entren ganas de salir corriendo a comprarlo.
Tus reseñas son mis favoritas.
Gracias y Feliz Navidad y Feliz Año
¡Muchas gracias! Me sonrojas 😀
Felices fiestas y feliz año 2023 para ti también. ♥