Y no.
Zalacaín no sólo es un prestigioso (a la par que carísimo) restaurante de Madrid… con su ambiente selecto, sus estrellas michelín y su cristal de bohemia.
NOOOOOOOOOO
Es mucho más! Y el señor Pío Baroja le dio vida.
Un chavaluco «vascuence» (aupaaaaah!), en concreto de Urbía, y que desde pequeño le tiraba la acción. El colega es un «echao pa’lante» de no te menees y al que se la trae verdaderamente floja la política. (Que no la guerra)
El contexto histórico (joder, esto suena a comentario de texto) es la guerra carlista. Y aquí al notas, le da igual rojos que azules, blanco que negro (naranjas washintonas o peritas de agua), con tal de sacarse unas perras. Hombre, si tiene que tirar para algún extremo, menciona en varias ocasiones que sería para el frente liberal, pero si ahí no hay de dónde sacar…. ¡cada uno ha de buscarse las «habishuelah»! (que dice mi señora yaya).
Total, que mazo de andanzas decoradas con silbidos de bala, galopes de caballos, odios eternos, senderos, valles y montañas, contrabandistas, generales, y gente del pueblo llano. (Cómo borda el mamonazo éste los libros).
A destacar 4 personajes (a mi parecer):
-Como principales destacaría a Martín (Zalacaín) y a Bautista (su colegón). Al estilo de los hobbits esos que van en pareja. -Como secundarios.. el gran Tellagorri (un capítulo entero para él) y «El extranjero» (que es un crack soltándolas).
Por otra parte he descubierto que también forma parte de otra trilogía (tal y como descubrí que La Busca era parte de «La lucha por la vida»), así que estoy jodida. Tendré que ir a por ellos.
La trilogía se llama «Tierra Vasca» y la completan: «La Casa de Aizgorri» y «El Mayorazgo de Labraz».
En fin, léanselo!!!!
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«-¡Que barbarie!–exclamó Martín–. ¿Se ha de estar siempre hecho un esclavo, sembrando patatas o cuidando cerdos? Prefiero la guerra.
-¿Y por qué prefieres la guerra? Para robar.
-No hables, Capistun, que eres comerciante.
-¿Y qué?
-Que tú y yo robamos con el libro de cuentas. Entre robar en el camino, o robar con el libro de cuentas, prefiero a los que roban en el camino.
-Si el comercio fuera un robo, no habría sociedad–repuso el gascón.
-¿Y qué?–dijo Martín.
-Que acabarían las ciudades.
-Para mí las ciudades están hechas por miserables y sirven para que las saqueen los hombres fuertes–dijo Martín con violencia.
-Eso es ser enemigo de la Humanidad.
Martín se encogió de hombros.»
«Aquel tipo miserable y siniestro era fanático, violento y cobarde, se recreaba contando sus fechorías, manifestaba crueldad bastante para disimular su cobardía, tosquedad para darla como franqueza y ruindad para darle el carácter de habilidad. Tenía la doble bestialidad de ser fanático y de ser carlista.»
«(…)la madre miraba a su hijo como a un réprobo.
-¡De dónde ha salido este chico así!–decía, y experimentaba al pensar en él un sentimiento confuso de amor y de pena, solo comparable con el asombro y la desesperación de la gallina, cuando empolla huevos de pato y ve que sus hijos se zambullen en el agua sin miedo y van nadando valientemente.»
***EL GRAN TELLAGORRI***
«Le gustaba también a este viejo embromar a la gente: decía que nada gustaba tanto a las nutrias como un periódico con buenas noticias, y aseguraba que si se dejaba un papel a la orilla del río, estos animales salen a leerlo; contaba historias extraordinarias de la inteligencia de los salmones y de otros peces. Para Tellagorri, los perros si no hablaban era porque no querían, pero él los consideraba con tanta inteligencia como una persona. Este entusiasmo por los canes le había impulsado a pronunciar esta frase irrespetuosa:
–Yo le saludo con más respeto a un perro de aguas, que al señor párroco.
La tal frase escandalizó el pueblo.
Había gente que comenzaba a creer que Tellagorri y Voltaire eran los causantes de la impiedad moderna.«
**Y LE CANTABAN….***
Tellagorri
Galchagorri
Ongui etorri
Onera.
Ostutzale
Erantzale
Nescatzale
Zu cerá.
(Tellagorri, Galchagorri, bien venido seas aquí. Aficionado a robar, aficionado a beber aficionado a las muchachas, eres tú.)