Manual de literatura para caníbales / Rafael Reig

Desde luego, original es.

El señor Rafael Reig (al que acabo de descubrir) nos lleva de paseo por la literatura española e iberoamericana más relevante desde 1808 hasta el 2012 (no, no es el año de las olimpiadas en Madrid.) De la mano de los “Belinchón”, una familia que en cada generación tiene un protagonista que quiere triunfar en la literatura, pero siempre con un movimiento literario de retraso. Me explico, Ignacio escribe odas mientras triunfan Larra y Espronceda. Su hijo Alfonso es un escritor romántico que convive con el realismo de Galdós y Clarín… y así sucesivamente. Eso sí, siempre son intentos fallidos.

Este «Manual” trae al final de cada capítulo unos ejercicios prácticos y lecturas recomendadas que, por general, te descojonas.

A mí me ha encantado probablemente porque no tengo ni puta idea de historia de la literatura, sólo unos cuantos trazos que se me quedaron del colegio, y las propias conclusiones que he podido sacar de leer algunos de estos autores «clásicos”. Es el problema de los que fuimos por ciencias.

Cómo Zorrilla dio el boom recitando unos versos en el entierro de Larra, cómo la Pardo Bazán se carteaba con Pérez Galdós en plan “eróstico”, cómo la frase preferida de Rubén Darío era “tengo sed” (y no precisamente de agua), cómo Ortega tenía pelusa de Unamuno (¡¿cómo que el primer filósofo español?!), etc.

Vamos, un buen recital de beefs se pasean por el libro.

Me ha molado lo del método Gambrinus Limited, que es una especie de purga que hacía R.Darío (un día solo a base de cerveza)

 

Algunos salen escaldados (véase Azorín) por parte del Reig.

 

La manera de describirte las relaciones entre ellos, sus vidas, sus maneras de pensar, siempre con una ironía deshuevadora.

 

Delicioso libro para caníbales……….

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“En aquella niebla aparecían y desaparecían escritores del porvenir, desconocidos para Agustín Belinchón. Vio a Rubén Darío, muy borracho, con uniforme de diplomático y descalzo; vio a Gª Márquez, que gritaba: -¡Carajo, es la nieve!- y –Ya no mamen gallo!-; vio a Juan Carlos Onetti montado en una cama de hospital, con ruedas, empujada por Antonio Muñoz Molina. Vio a Camilo José Cela absorbiendo un litro de agua por el ano. Después el premio Nobel se comió doce huevos fritos y soltó una ventosidad atronadora.

 

“Al fin y al cabo, la literatura no es más que un tipo que está en su casa y se pone a escribir en pijama. Este individuo obstinado escribe y escribe, sin parar, hasta que consigue terminar un libro. Después otro sujeto lo imprime, otro lo distribuye y, al final del recorrido, siempre aparece otro, también en su casa, que se pone a leer sin zapatos, con los pies encima de la mesa. Esto es el fenómeno literario. Pare usted de contar. Tipos cansados, con ojeras, que escriben en pijama. Mujeres adormiladas en un vagón de tren. Hombres que se descalzan para leer más cómodos. Niños absortos en un rincón del patio durante todo el recreo.”

 

“Son pláticas de familia

de las que nunca hice caso” (Don Juan Tenorio)

 

«¿Qué nos enseña más sobre una persona, qué nos acerca más a si verdad? ¿Sus ideas sobre la belleza o lo que ha comido esta semana? ¿Sus opiniones sobre el más allá o sus deudas?¿Sus metáforas o los remiendos de su chaleco?”

 

“Pensó en aquel amor fatal y feroz, que nada esperada a cambio, y se estremeció. Había algo maquinal y fanático en esa pasión, algo de oscuro y amenazador. Aquella mujer quería como siguen abiertos los ojos de una cabeza cortada. Amaba igual que continúan andando las gallinas decapitadas o como duelen todavía los miembros amputados.

 

“Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje” (Enrique González Martínez)
Fíjense ustedes, que pensaba que lo de tuércele el cuello al cisne era de Cortázar… lo leí en rayuela y me cautivó. El Enrique éste es un poeta mejicano.

 

La vida se soporta,

tan doliente y tan corta,

solamente por eso:

¡roce, mordisco o beso!” R.Darío

 

 

“El consumo desmesurado de alcohol no es incompatible con el ejercicio de la literatura, por supuesto, como demostró Rubén.” Aclaración: Darío

 

 

«Ejercicios prácticos:

1. Tómese un texto al azar de Azorín. Subráyense todas las palabras desconocidas. Averígüese su significado y, a continuación, sustitúyanse por sinónimos ordinarios. Con lápiz de otro color, elimínense todas las repeticiones. ¿Qué le queda a usted? Ahora resuma esas tres frases en una sola idea y expóngala en el bar como si fuera suya. Si le toman por idiota, el ejercicio ha sido realizado con éxito. En caso de que alguien encuentre interesante lo que usted dice, vuelva a casa y repita de nuevo el proceso.» JAJAJAJAAJAJ. VOY A TENER QUE COMPROBARLO.

 

 

“-La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco –le aseguró Dalí.”

 

 

Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y azucena, salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley.

Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.” (NERUDA)

 

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