Bueno… había que hacerle ya otro hueco a Buk (anda que no me queda para pasarlos todos).
Siguiendo la línea de Henry Chinaski como prota… pero comenzando por el principio: infancia, adolescencia y primera juventud. El padre grillao que le pone a cortar el césped con una tijera para igualarlo, que le casca a la mínima y a la vieja si protesta.
Recuerdos de colegio (peleas en su mayor parte), sus curas de acné-leproso, la rabia contenida… en fin, es como la clave de la futura personalidad de Hank. Con esto lo entiendes todo mejor.
La diferencia de este libro con el resto que he leído de él es que: ¡no se penca a ninguna pava!. Increíble. Eso sí, se la casca como un mono.
La verdad es que no se puede decir mucho más: es Buk. Para los que lo conozcan lo entenderán, y para el resto… ¡ya estáis tardando! La claridad y sencillez de vocabulario no impiden que transmita sus “emociones” (odio, ira, envidia, lujuria, soledad, vergüenza, etc.) y que te haga reir con ellas (sí, sí, con casi todas). Además el lenguaje que usa es bastante acorde con los ambientes que trata… si se habla de suciedad, se habla de MIERDA.
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«Mi abuelo me hizo señas con un dedo. Alguien abrió la puerta del coche, yo salí y me acerqué hacia él. Su cabello era largo y de un color blanco puro, y su barba era también larga y de una blanca pureza, y a medida que me acercaba pude ver que sus ojos eran brillantes, como luces azules observándome. Me detuve a cierta distancia de él.
—Henry —me dijo—, tú y yo nos conocemos. Entra en casa.
Me tendió la mano. Al acercarme, pude sentir el olor de su aliento. Era muy fuerte, pero de cualquier forma él era el hombre más hermoso que había visto nunca, y yo no tenía miedo.»
«Empecé a comer. Era terrible. Era como si me los estuviese comiendo a ellos, sus creencias, lo que ellos eran. No masticaba, sólo me lo tragaba para deshacerme de ello. Mientras tanto mi padre hablaba de lo bien que sabía todo, de la suerte que teníamos de comer buenos alimentos cuando la mayoría de la gente en el mundo, e incluso en América, se moría de hambre.
—¿Qué hay de postre, mamá? —preguntó mi padre.
Su cara era horrible, los labios se le salían hacia fuera, grasientos y húmedos de placer. Actuaba como si nada hubiese ocurrido, como si no me hubiera pegado. Cuando regresé a mi cuarto pensé -esta gente no son mis padres, me han debido adoptar y no les gusta cómo he salido.»
«Esta cosa de joder estaba bien. Le daba a la gente cosas extra en que pensar.»
«Volví a mi cuarto y me metí en la cama subiéndome las mantas hasta el cuello. Me quedé observando el techo y hablando conmigo mismo.
De acuerdo, Dios, dime que estás ahí realmente. Tú me has metido en este lío. Quieres probarme. Supón que te pruebo yo a Ti. Supón que yo digo que no estás aquí. Tú me has dado una prueba suprema con mis padres y mis granos. Creo que he aprobado tu examen. Soy más duro que Tú. Si ahora mismo bajaras hasta aquí, escupiría en Tu cara, si es que tienes una cara. ¿Y también cagas? El cura jamás me contestó a esa pregunta. Nos dijo que no dudáramos. ¿Dudar qué? Creo que Tú ya me has estado dando la coña mucho rato, así que te pido que bajes hasta aquí para que pueda ponerte a prueba.
Esperé. Nada. Esperé a Dios. Esperé y esperé. Creo que me dormí.«
«La banda de música comenzó a tocar de nuevo y los chicos y chicas bailaron mientras las luces giraban por encima de ellos lanzando destellos dorados, rojos, azules, verdes y otra vez dorados sobre las parejas. Mientras las observaba, me dije a mí mismo: Algún día comenzará mi baile. Cuando llegue ese día, yo tendré algo que ellos no poseen.
Pero empezó a ser demasiado para mí. Los odié. Odié su belleza, su juventud sin problemas, y mientras los miraba danzar a través de los remansos de luz mágicamente coloreada, abrazándose entre ellos, sintiéndose tan bien, como niños inmaculados en gracia temporal, los odié porque tenían algo que yo aún desconocía, y me dije a mí mismo de nuevo: Algún día seré tan feliz como cualquiera de vosotros, ya lo veréis.«
«—Vamos a jugar ahora a la ruleta rusa —anunció.
—Sí, con el coño de tu madre —contesté.»
«—Señor Chinaski, da igual que llegue usted a las 7.30 o no llegue en absoluto. De cualquier modo le voy a calificar con una «D» en este curso 1.° de Inglés.
—¿Una «D», señor Hamilton? —pregunté con mi famoso gesto de burla—. ¿Por qué no una «F»? —Porque la «F», a veces, puede implicar la palabra «follar». Y no creo que usted valga siquiera un polvo.
La clase entera aulló y rió y pateó y bramó. Yo me di la vuelta y salí cerrando la puerta tras de mí. Crucé el vestíbulo oyendo aún sus carcajadas.»
«Mientras un hombre tuviera vino y cigarrillos, podría resistir. Me acabé el vaso y me serví otro.»
«Quizás pudiera vivir de mi ingenio. La jornada de ocho horas me parecía algo imposible, y sin embargo todo el mundo se sometía a ella. Y la guerra, todos hablaban de la guerra en Europa. No me interesaba la historia del mundo, sólo la mía. Vaya porquería. Tus padres controlaban los años de tu desarrollo jodiéndote todo el rato. Luego, cuando ya eras capaz de vivir por ti mismo, otros querían embutirte un uniforme para que te pudieran volar el culo.
El vino sabía fenomenal. Llené otra vez el vaso.
La guerra. Y yo todavía era virgen. ¿Puedes imaginarte volado en pedacitos en nombre de la historia sin haber siquiera conocido a una mujer? ¿O poseído un automóvil? ¿Qué es lo que protegería como soldado? A algún otro. Algún otro a quien yo le importaría un bledo. Morir en una guerra no evitaba que surgieran otras.
Podría arreglármelas. Podía ganar concursos de bebedores. Podía apostar dinero en el juego. Quizás incluso realizar algún atraco. No pedía gran cosa, sólo que me dejaran a mi aire. Terminé la primera botella de vino y comencé ccon la segunda. Cuando hube bebido la mitad, me paré y me tendí en la cama. Mi primera noche en un sitio nuevo. Todo funcionaba bien. Dormí.»
Bienvenido a tu nueva vida, Hank!
Si quiero empezar, con vistas al verano, ahora tengo mucho que leer en la uni, con algo de este autor, cual sería el priero que debería leer.
Jajaja dificil???
Ahora no puedo pero me lo apuntaré parala feria del libro…y a leer en verano
Me gustó esta novela. El personaje del padre es estupendo, su ironía en particular. El libro (los libros dentro de la historia) me parece otro de los personajes notables.
Hola Phibs, soy Castorín del foro de libros. Ha sido un grato descubrimiento encontrar tu magnífico y repleto blog. Ya conoces mi debilidad por el viejo Hank… qué más decir. "La senda del perdedor" es quizá la mejor novela que he leído en mucho tiempo.
Por cierto, te invito a que te pases por mi blog y por una revista literaria con esencia "Bukowskiana" que llevo a medias con un compadre, actualmente vamos por el nº2. A continuación te dejo los enlaces de ambos sitios, por si te interesa, seguro que te gusta:
Mi blog: http://chenel-3.blogspot.com/
Blog de la revista De Gozel: http://degozel.blogspot.com/
Sigo leyendo tus reseñas, un abrazo. Sigue así, eres una GRAN lectora.