El verano: lo crudo y lo podrido / Montero Glez

No es mi culpa, ¿vale?. Se me van plantando delante con un: -Ahora o nunca-; esto es, he de leérmelos de inmediato. Razón por la cual he hecho una pausa de Ponche de ácido lisérgico (Tom Wolfe) y me he inmerso en esta recopilación de artículos de opinión de Montero Glez.
Yo también soy más de rebujito que de ponche, ¿saben ustés?.

Resulta que hace unos meses ví en el catálogo de la librería Estudio en Escarlata éste libro (de cuya publicación y contenido no tenía noticia alguna) y lo reservé por internet para ir a recogerlo y pagarlo. Esto debió ser en Julio. Bien, pues fui antes de ayer, pasé por delante y me acordé.

Una vez pagado me encuentro con la sorpresa de que se tratan de los artículos publicados en el diario ABC durante el verano de 2007. ¿Sorpresa, de qué? se preguntarán. Sorpresa porque cuando estuve de becaria en el archivo ABC ya tuve tiempo de leérmelos o así… 🙄

Y sí, soy una enamorada de Montero Glez, así que leyendo sus opiniones he disfrutado de lo lindo.
Los artículos están relacionados con distintos aspectos del verano.
Me encanta cómo piensa y cómo mete las puyas  y los halagos (si es que proceden). Comparto con él el amor que siente por Madrid y por Cádiz, su forma de ver a las personas y lo jodidamente macarra que puede ser a veces. Es cierto que en ocasiones puede resultar muy radical, pero a mí me van los valientes. Esa valentía que aporta fuerza a la pluma convirtiéndola en navaja y que consigue que veas al autor escribiendo con la misma rabia que Joe Pesci en Uno de los nuestros.

Los extractos que he elegido abarcan temas como las mujeres, la ciudad de Madrid (la playa de Parla y las verbenas), la siesta o Cela (comparado con los beatniks, atención señores, atención).

**************************

«Como no podría ser de otra forma, en el principio, tuvo que ser mujer la que parió al hombre y no al contrario. Siendo la gallina antes que el huevo, no cuesta mucho hacerse a la idea de que el tal don Juan no es más que un invento de doña Inés que, un buen día, se hizo pasar por Zorrilla. Dicho de otra forma, la mujer española está en pleno derecho de comportarse como le venga en gana. Eso es lo primero, no siendo por ello señalada ni como puta ni como mujer infiel pues hay marcadas diferencias entre el libre antojo y los desprecios referidos. La primera, la puta, es la que lo hace por dinero, nunca por ganas, y la segunda es impensable que exista. (…) Hay que recordar que la mujer se adapta por lo blando a cualquier dureza, pudiendo así aplicarse con todo varón que elija y ocurriendo que, para todos y cada uno de los elegidos, seguirá siendo mujer única y privada. Nunca pública. Gracias al acomodo de sus bajos, y según ley de pesos y medidas, cada mujer se convierte en muchas.» ( Sólo para ellas / 02-08-07)

«Por no venir el son con la castañeta, Madrid vino sin playa.» ( ¡A Parla! / 04-08-07)

«Llegado el buen tiempo, toca sacar a los Santos y celebrarlos como merecen, o sea, al aire libre y con verbenas. Y puesto que de Madrid al cielo, estos días han sido de gloria y fiesta castiza. Y así pasa que, decir San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma, es como decir Cascorro, Lavapiés y la Latina, barrios todos donde se luce la camisa almidoná y el mantón de flecos. Los organillos se encargan de poner un fondo de chotis y los vecinos agradecen la tradición sin salirse del cuadro.
(…)
Y como tiene que haber de todo en la viña del Señor, y como ahora hay donde elegir, aquí toca plantarse y hacerlo. Y, por lo mismo, un servidor hunde la tecla para festejar los Santos de su pueblo, pues donde estén las fiestas castizas que se quiten las naranjas de la China y los ramadanes mestizos. Para el cruce de manolo, majo y chispero que aquí hunde tecla, nunca será lo mismo tirar una toalla en el suelo y ponerse con el bullate en pompa, mirando a la Meca, que bailar un chotis sin salirse del cuadro donde una virgen castiza reparte los premios de la lotería. Nunca. Palabra de ateo.» (Con mantón de Manila / 19-08-07)

«Lo de viajar en verano, más que placer es un incordio. Con todo y con eso, siempre habrá quien se líe los bártulos y arranque a pie y por la cuneta. Y haga como aquél que, siendo joven y espigado, viajó a la Alcarria y luego lo contó en un libro. Camilo José Cela fue un beatnik años antes de que los beatniks se inventasen. Lo que pasa es que lo fue por tierras de miel y cardo, tierras donde aún no había llegado la puñetera Coca-Cola. Así que ahora no vengan algunos a señalar que los beatniks fueron pioneros en lo del viaje cultural contemporáneo ni sandeces parecidas.
Los beatniks no fueron más que una pandilla de niñatos que lucían barbitas de chivo y cabellera franciscana. Un coro de bujarrones que, en vez de liarse los bártulos y arrancar a la aventura, se liaban cigarrillos de mandanga y se quedaban en la cuneta de las autopistas, plantados y a la espera de que un automóvil les acercase hasta el garito más cercano. Desde la orilla del asfalto, los beatniks arrancaban señales de humo a sus porros. Un fumeteo que los automovilistas interpretaban de la única manera posible. Llegado el momento, el bendito dólar les costeó los aullidos.» (A paso de gigante / 07-08-08)

«La lista de averías que causa la siesta es mayor que la de los beneficios, siendo el colapso del organismo la principal de todas ellas. Sólo acercarse hasta alguien que ande en ello, para darse cuenta de los espasmos y sacudidas que se realizan en tal estado, así como las supuraciones que arroja por boca, orejas, fosas nasales y otras fosas. Por decir no quede que las posturas que pilla también merecen su estudio, siendo la del sofalito con el mando en el puño la más típica de todas ellas. También suele ocurrir que el siestero sueñe en alto, resultando lo que sale por su boca de una incoherencia tan espesa que no la supera ni el Leopoldo María Panero harto de jaco.» (Corona de moscas / 16-08-07)

*************

Y nada, que si quieren leer alguno los tienen completos en internet.
Entren a: http://www.abc.es/hemeroteca y hagan la búsqueda con Montero Glez. ¡Épaleahí!
¡que aparecen todos todos!

4 comentarios en «El verano: lo crudo y lo podrido / Montero Glez»

  1. No me parece haber visto sus libros aquí en México, pero si alguna vez me topo con uno lo compraré.
    Últimamente, he leído muchas recomendaciones literarias en la red de blogs en la que me muevo. A veces siento que la vida no me alcanza para leer tanto.
    Saludos 🙂

  2. De este autor ni mu por aquí, la verdad es que no lo conozco y tampoco creo que sea fácil de conseguir en Buenos Aires. Otro con el que temo entusiasmarme…Saludos!

  3. Yo a ese monetero Glez , tambien lo quiero leer, pero por estos lados no lo encuentro. A ver si lo publica Anagrama o Alfaguara , ya que es la unica forma que puedan estar en las estanterias de por aca.
    Pd: La parte que no entendi: Tú eres de Barcelona , Madrid o ninguna de las anteriores.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *