Destroy / Isabella Santacroce

Benditas vacaciones. Sí, tengo mucho jeto. Después de 3 meses tumbada a la bartola, trabajo uno y casi me saltan las lágrimas por los cuatro días de viaje que me he pegado. Conquistando Barcelona.

Comenzaré, una vez más, agradeciendo y dedicando la entrada al dueño y señor del blog en el que descubrí esta obra: El librero Humanoide. ¿Ve como no me olvidaba de usted? (que conste que tampoco me había percatado de su recomendación de Jakob) El problema es que de vez en cuando me hago una lista paseándome pos los blogs y cuando la recupero, por norma general, ya no sé dónde he visto cada uno. Y ni siquiera me acuerdo de qué iba el libro. Pero con este no albergaba duda alguna. He de decir que sus comentarios acerca del libro han sido acertadísimos, se corresponden con mi impresión post lectura. [Pueden acceder a la reseña de El librero Humanoide pinchando sobre su nombre en esta entrada]
GRACIAS!!!!!!!

Libro desparrame, desparrame. Pero de los güenos.

El libro está dividido en capítulos en los que varía tanto la extensión (va desde un párrafo hasta varias páginas) como la forma (en unos casos está escrito en primera persona y otros en tercera). El estilo directo, eso sí, es constante. Frases cortas y descripciones de la ciudad y las noches al más puro estilo Burroughs, cosa que me encanta. Esas ráfagas de imágenes que se superponen en medio de la oscuridad que rodea a estos autores.

«Observo impacientes figuras psicóticas que matan el tiempo censurando lujuriosos deseos de gozo. Tiene muchos golosos el goce per se. El sentirse a gusto. La superación quirúrgica de la perfección. Una existencia sensata. Ficción y poco más. Observo el crimen de la ilusión que crea retablos urbanos en que los títeres penden de hilos invisibles hechos de amargas esperanzas. Observo. Observo implacable el espectáculo de la cotidianidad bastarda que exige súbditos humildes y alienados. (…) Diversión nicotínica. Ensucio tímidos pulmones resignados. Tiene su gracia. Sutil e inteligente autodestrucción. Juego de minorías. De mayorías. Tengo a mi lado al veinteañero de verbo depurado. Tiene la chaqueta sucia y la piel cansada. Tomo nota de su altura más que notable con autopsia feroz. Feroz hacer. Su ostentación me parece de lo más irritante. Quien escucha cede desarmado por tanta gilipollez verbal. Grito mierda.»

Cada una de las partes o capítulos del libro se titulan (en su mayoría): o bien con una palabra (nombre propio, lugar, concepto) seguida de la palabra DESTROY, o bien bajo el título de FUCK DESTROY.
Éste último título aparece varias veces y generalmente le sigue un único párrafo que consiste en una llamada desesperada a un TÚ ( «Escúchame. Mírame. Tócame. Cómeme. En silencio entre los gritos.«)

La protagonista, con el rol de chica guerrera y viciosa, es similar al de la chorba que aparece en Lo bueno de verdad. Hasta ahí, bien. A partir de ahí, mejor. Esta titi es una chavala de origen italiano y presuntamente de familia bien, que decide lanzarse a la vida perra y termina aterrizando en Londres. London callin, chavales. Botas Martens (las martins-de-toda-la-vida) y minifalda.

«Embestir vidrieras con la cabeza hasta hacerlas añicos. Causarme lesiones semiletales. Gritar a través del megáfono quiero unas Dr. Martens sin suela.»

Y a llenar las paradas de metro de pegatinas con su número de teléfono.
Nuestra Misty es una Call-girl, usease, chica pa todo. Llámame y voy, si me caes bien o si necesito la pasta. Indiferentemente del sexo de la persona que solicite sus servicios se dedica a satisfacer sus necesidades, siempre, eso sí, puesta hasta las patas.

Una loca sin ningún tipo de prejuicios, afin a Nietzsche, mentado en un par de ocasiones a lo largo del libro:

«le gusta emborracharse hasta cierto punto. El calor del alcohol le apacigua cada vez más. Sentir cómo se desintegran miedos y tensiones la reconforta y nubla esa limpidez que no quiere reconocer, ese cielo inmaculado que define con demasiada nitidez contornos brutalmente terrenales. Tal vez su existir anda en busca de arena blanda desde donde precipitarse al vacío, o tal vez no logra detener el deseo de aire violento, de alturas nietzscheanas«

«Busco adherencias de paseo. Quiero ser del gusto de Zaratustra«.

Misty dedica ratos sueltos de su tiempo a pintar con aerosol (AEROSOL DESTROY) en su casa. En plan artisteo. Ya saben ustedes que ciertos estados de alteración neuronal son propicios para dichas actividades. Para mí que son sus momentos de libertad REAL.
Pero entre (o durante) ciego y ciego, tras observar el entorno, también tiene tiempo para la reflexión, cerrando así el círculo, anotando las conclusiones pertinentes y poniéndolas en práctica.

«Hay demasiado cabrón por ahí, tienes razón, y la náusea te oprime con una dolorosa mordaza, pero fíjate en lo que te estoy diciendo. Yo también tengo miedo. Hubo un momento en que me llenaba el alma y me la maltrataba sin escrúpulos, y no es fácil amarlo. Amar al miedo, quiero decir. Miedo y cabrones. Empieza a jugar, inventa tu propia batalla naval y mastica el sashimi que te he traído. Su historia puede ser un cómic por entregas»

Sin más dilación, habiendo encontrado una desparramada como la Santacroce, me despido regocijándome por tamaño descubrimiento.
¡Gracias!

«(…)es una experta conocedora de la carismática posesión en secreto. Del lento hacer a escondidas. En penumbra. A cal y canto. A oscuras de todo, el consorte celoso. Se intenta desintegrar la rutina cotidiana que transforma la pasión en descolorida tonalidad otoñal. Nada mejor que un amante de alquiler. Así es como se estira el tiempo. Como se intenta. Se procura. Cómprame y dilataré mis mejores pupilas para darte placer. Para hacerte gritar como esperas desde hace tiempo. No se trata de juegos ni de simples montajes mentales. Es la amenaza del tedio hambriento. Es existir y sentir cómo las horas marcan segundos interminables. No hay fin. Existes, sí. Te están tocando. Te están follando. Robando todo lo que quieres. Sigue mirando y deja que haga lo mismo. ¿No es esto lo que andabas buscando? Tócame el culo y diviértete.

Tócameelculoydiviértete.»

«¿Qué andas buscando, Misty? Contesta, si es que te atreves. Viciosa existencia voraz. El puerto a pocos pasos. A pocos pasos. Al atardecer. Aquí todo te recuerda todo y son tantos los recuerdos a aplacar, a borrar, a abandonar. Palabras y caras a evitar en busca de situaciones desconocidas. Reinventar. Reinventarse un pasado y un futuro. Polvo nuevo y aguas nuevas. Caminaba despacio por mi mala tierra mientras el sol anaranjado penetraba inflamado el horizonte.

De golpe anochece
irrumpe cuando el frío

la ciudad tiembla
lívida tiembla

«Siempre he formulado extrañas asociaciones de ideas. Es como si mis emociones tuvieran una equivalencia visual indivisible, un poco como cuando bebes demasiado sin control y te da por rememorar experiencias intempestivas con una nostalgia morbosa, y entonces lo ves todo de otro color y casi te dan todo lo que siempre has odiado y seguirás odiando al día siguiente.»

«le gusta emborracharse hasta cierto punto. El calor del alcohol le apacigua cada vez más. Sentir cómo se desintegran miedos y tensiones la reconforta y nubla esa limpidez que no quiere reconocer, ese cielo inmaculado que define con demasiada nitidez contornos brutalmente terrenales. Tal vez su existir anda en busca de arena blanda desde donde precipitarse al vacío, o tal vez no logra detener el deseo de aire violento, de alturas nietzscheanas.»

«25.00: Tal vez afuera el cielo esté como a mí me gusta. Negro y brillante. Contemplo mis zapatos fluorescentes en la oscuridad. Buffalo made in Spain. Mis sentidos se alteran hasta alcanzar ese punto en que todo es de color. Pienso que te gustaría saberte parte de mis pensamientos esta noche de calor. (…)
28.00: Busco adherencias de paseo. Quiero ser del gusto de Zaratustra.
28.30: La puerta que se abre. Yo que pisoteo la calle en plan borde con mis Buffalo made in Spain. Nunca había estado tan en venta. Si quieres, esta noche tan negra y brillante puedes comprarme. Enciendo el segundo Gauloise con aire aburrido. Hay música y gente alegre insoportable. Demasiada gente alegre insoportable. ¿Adondevastansola? Vete a la mierda.»

«Cuando el metro circula a gran velocidad, el deseo de que cualquier conciencia de la realidad se derrumbe bajo su peso me seduce hasta tal punto que quisiera arrancarme la columna y paralizarme de golpe. Cada vez más deprisa, hasta que la razón se inmola ante mis ojos embistiendo contra las ventanillas y deja un rastro que recuerda a los excrementos de las palomas.»

«Hay alguien llorando en el rellano. Lágrimas. Tengo la tele apagada y estoy tan concentrada que duele. Duele. Me duele. ¿Qué te pasa? Oigo sollozos espaciados. En el rellano. Por la noche. Noche avanzada. Si tuviera gominolas de fresa, abriría la puerta y te las ofrecería. De fresa o de limón. No se puede sufrir a solas. No sé por qué. Pero está prohibido.»

«Observo impacientes figuras psicóticas que matan el tiempo censurando lujuriosos deseos de gozo. Tiene muchos golosos el goce per se. El sentirse a gusto. La superación quirúrgica de la perfección. Una existencia sensata. Ficción y poco más. Observo el crimen de la ilusión que crea retablos urbanos en que los títeres penden de hilos invisibles hechos de amargas esperanzas. Observo. Observo implacable el espectáculo de la cotidianidad bastarda que exige súbditos humildes y alienados. (…) Diversión nicotínica. Ensucio tímidos pulmones resignados. Tiene su gracia. Sutil e inteligente autodestrucción. Juego de minorías. De mayorías. Tengo a mi lado al veinteañero de verbo depurado. Tiene la chaqueta sucia y la piel cansada. Tomo nota de su altura más que notable con autopsia feroz. Feroz hacer. Su ostentación me parece de lo más irritante. Quien escucha cede desarmado por tanta gilipollez verbal. Grito mierda.»

«En vena. Te quiero en vena, directamente. El vagabundo sabio lanza escupitajos malcientos contra anónimas paredes encostradas. Corroídas. Debería sentir asco pero solamente me aburro. Insensible hacer. Restriégatelo y luego me lo cuentas.»

«Si piensas demasiado acabas sintiéndote el más bastardo de los bastardos, y no hay carnaval capaz de divertirte. Estás deprimido y nada más, ésa es la conclusión a la que llegas, que estás deprimido y nada más, y entonces abres la puerta, esperas unos segundos el ascensor y te echas a la calle, ya pasará algo bueno. Así pues, abro la puerta, y con las ganas de sentir el asfalto bajo los zapatos casi me dejo el abrigo. Ando a la espera de que algún suceso favorable me devuelva a la vida, y lo hago con destreza, calibrando cada uno de mis pasos, dilatándolos al máximo, y veo lo que me rodea con un nuevo interés, me detengo a leer rótulos, recojo periódicos abandonados, saludo a personas a las que nunca había visto, entro en cualquier sitio y pido una cerveza que unas veces bebo y otras regalo a algún compañero de la barra. (…) Toda la culpa es de las ganas y de las múltiples formas que adoptan. Ganas de sexo, de comer helado de limón, de morir, de estudiar latín, de llamar por teléfono, de saber el estado del mar, de cepillarse los dientes, de vomitar, de besar y más, aún más, aún me quedan ganas.»

«Indigente interestelar, abandona tu sombra y créeme.

-No poseer nada me hace sentir libre. Cuando posees algo, ese algo también te posee a ti. Exige tu aire a cambio.

Deja que te lea la mano, puedo borrar tu futuro y volverlo a dibujar según tus deseos. A color o en blanco y negro. Escoge tú.»

«Haced el amor delante de los transeúntes y pedidles dinero a cambio. Pensad a menudo en mí y escribid cartas. Recorro las calles nebulosas fascinada por el cuerpo semicarbonizado de Luther. Pido a un taxista borracho que me lleve. Hago garabatos en el vaho de las ventanillas mientras surfeamos kilómetros londinenses aún desconocidos.

-Hacecincominutosdesexorápidomimujereslesbianaytengohambre.

Robert de Niro escucha al pasajero loco en Taxi Driver.

-¿Sabes cómo deja la cara de una mujer una Magnum del calibre 44? ¿Sabes cómo le deja la entrepierna?

Asociaciones indivisibles acompañan todos mis pensamientos. Sus ojos vigilan los míos, reflejados en el cinemascope del retrovisor.»

«tengo miedo. El fuego se está apagando. A mi alrededor no hay más que vacío e indigentes en lucha con hipodermias feroces. Tengo miedo. Ven, acércate. ¿Ves ese tímido resplandor? Me está abandonando. Si no te acercas y me das tu calor puedo deslizarme hasta la nada. Algo brillante y duro para nosotros. Música Smashing y galletas dulces. Acércate más, si puedes. Más. Más todavía. Ponte encima de mí. Quisiera venderme y revenderme y malvenderme, pero mi violencia romántica me quiere frágil y me arriesgaría a morir por eso. Una noche de hace días oí detenerse unos coches y escuché unas voces que solicitaban amor a través de ventanillas empeñadas. La infelicidad puede degenerar fácilmente en perversión. Más cerca. Si puedes. Más cerca todavía.»

«Hay demasiado cabrón por ahí, tienes razón, y la náusea te oprime con una dolorosa mordaza, pero fíjate en lo que te estoy diciendo. Yo también tengo miedo. Hubo un momento en que me llenaba el alma y me la maltrataba sin escrúpulos, y no es fácil amarlo. Amar al miedo, quiero decir. Miedo y cabrones. Empieza a jugar, inventa tu propia batalla naval y mastica el sashimi que te he traído. Su historia puede ser un cómic por entregas.»

«no puedo sino sentirme impotente, encerrarme en el silencio y buscar en el vacío, si eso fuera posible. Cuestión de práctica. Tal vez. Gimnasia estéril para almas sensibles. Nada como pedir cualquier cosa por el estilo al corazón y esperar que éste, servicial, obedezca.»

7 comentarios en «Destroy / Isabella Santacroce»

  1. Isabella, todo un caso. Aquí te dejo unos videitos de la performance que brindó en una librería, con motivo de la publicación de alguno de sus libros. Así sí que daría gusto ir a eventos culturales !

    http://www.youtube.com/watch?v=x6mh71Wk1ts

    http://www.youtube.com/watch?v=O_41UfckY6I

    No, ya. Hablando en serio, gracias por la mención. No es que sea un ególatra insoportable. Se trata de que me alimento del reconocimmiento de mis pares. No hay nada que me haga más feliz, así que muchísimas gracias.

    Le dejo un saludo enorme.

  2. La verdad es que Despentes es una puta basura de escritora. 😉 No me acuerdo cuál leí (creo que Baise-moi, cuya traducción sería cógeme, o fóllame en España ;)) y no me latió nada.

    Este que reseñas suena bien. Ya lo buscaré.

    Un beso

  3. Humanoide: gracias por los vídeos!! No hay que dar las gracias por la mención, ¡qué menos!
    Un abrazo

    Strika: jajajjajaja lo has clavao, es malísima la cabrona. El libro que leíste tú yo lo ví en película, que es una jartada que me moló bastante (mismo título, Baise moi). Por eso indagué y descubrí a la Despentes. Menuda decepción.
    Un beso también pa usted

  4. Leídos los fragmentos, no me atrae mucho el libro, la verdad… parece muy «posado», no sé si me explico…

    Pero vistas las presentaciones que se marca… ¡me compro todo lo que ofrezca XD!

    Bicos

  5. -Hijo, en mis tiempos los niños les preguntaban a sus padres cuando querían saber algo.
    -Pero… ¿cómo? ¿No teníais Google?

    Jajajaja.
    Qué de cosas soluciona.
    Y cuántas cosas nos ayudan a descubrir los libros y la música. En mi caso, descubrí el libro a través de la música, y viceversa en tu caso.

  6. Ni noticias de este libro por aquí, por lo que veo va del estilo reventaditos. Ya veré con qué encaro cuando termine de preparar un final. No me nombres a Saramaaaagoooo
    Abrazos!

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