Bordados / Marjane Satrapi

Portada de «Bordados», de Marjane Satrapi. Ed. Reservoir Books, 2ª reimpr. jul. 2021. Trad. Carlos Mayor. Tít. original «Broderies» (2003).
Portada de «Bordados», de Marjane Satrapi. Ed. Reservoir Books, 2ª reimpr. jul. 2021. Trad. Carlos Mayor. Tít. original «Broderies» (2003).

Vuelvo a los tebeos, esta vez con Bordados, obra de Marjane Satrapi, autora archiconocida gracias a Persépolis, una de las novelas gráficas mejor valoradas (en ese aspecto, considero que va de la mano de Maus, de Art Spiegelman, también publicada en Reservoir Books).

En esta ocasión, la creadora franco-iraní plantea una escena costumbrista protagonizada exclusivamente por mujeres. Todas ellas han quedado para echar la tarde tomándose un té mientras charlan: una cuenta algo que ha pasado y el resto opina sobre dicha historia, de forma libre y abierta. Se trata de un grupo variopinto, no solo por las particularidades de cada una de ellas y su forma de ser, sino porque además abarca diferentes generaciones. Esta disparidad ofrece mucho juego a Marjane y le permite exponer (o contraponer) diferentes puntos de vista sobre un mismo tema.

Marjane Satrapi, ¿aún no la conoces?

No haber oído hablar de Marjane, me lo puedo creer, pero no haber oído hablar de Persépolis no cuela. Lo has tenido que ver en escaparates de librerías o en la biblioteca de alguien que conozcas; si eres cinéfilo te sonará la adaptación: se llevó el premio del jurado de Cannes de 2007. En cualquier caso, si no lo has leído: deberías.

Marjane Satrapi. Creative Commons.

Volviendo a Satrapi, Marjane nació en Irán en 1969, en una familia bastante abierta, poco tradicionalista. De pequeña pudo estudiar en una escuela bilingüe, hasta que –tras la revolución de 1979– las cosas se pusieron crudas en su país y comenzaron a restringirse las libertades de sus ciudadanos. Sus padres la mandaron a estudiar a Viena cuando tenía 14 años, para que —al menos— alguien escapase de la represión. Años después, volvió a Irán para estudiar Bellas Artes, aunque finalmente se trasladó a París, donde reside desde entonces. No ha vuelto a Irán, en una entrevista publicada en La Vanguardia dijo: «Si no vuelvo a Irán viva, volveré muerta».

Marjane es una contadora de historias que toca varios palos. Escribe y dibuja historietas, pero también ha dirigido algunas pelis. Además de las adaptaciones de Persépolis y Pollo con ciruelas (otra novela gráfica suya), ha dirigido Las voces y Madame Curie. De todos modos, si nos fiamos de Filmaffinity, parece que por el momento es mejor que nos centremos en los tebeos.

Bordados, marchando una de sororidad

Bordados narra una «tarde de chicas» (aunque alguna no es tan chica ya) que se puede leer perfectamente como si fueran historias independientes. Si habitualmente no entro demasiado en el debate de la terminología cómic / tebeo / novela gráfica, en el caso que nos ocupa, eliminaría claramente la última opción. No es una novela, son viñetas sueltas. Imagino que esa es una de las causas de no haberme entusiasmado lo esperado (que era demasiado).

Sí que me han gustado mucho los temas que se tratan a lo largo de la obra y la forma en que se abordan, es mordaz y divertida. Marjane Satrapi habla de política, sociedad, feminismo, amor, sexo, muerte o familia, pero no es un libro-mitin. Resulta obvio cómo la diferencia generacional «puede ser» (que no: «tiene que» ser) un factor que influya en la forma de opinar o actuar, pero ni es determinante ni es el único. Las experiencias vitales, la forma de ser (el genio) y la relación con los hechos también influyen. Propone tantas situaciones como formas de verlas, tantas como pares de ojos las juzguen.

Bordados es un cómic para pasar una tarde más que entretenida y echarte unas risas leyendo las situaciones cotidianas que estas mujeres plantean. Un libro cargado de sororidad (si no conoces esa palabra, toca ponerse las pilas, amigui), de eso no cabe duda y, por tanto, puede ser un agradecido regalo entre colegas.

4 comentarios en «Bordados / Marjane Satrapi»

  1. Me flipó “Persépolis”* en su momento, después leí “Pollo con ciruelas” y ya no tanto aunque también tiene sus puntos de interés. A ver si algún día me pillo estos “Bordados” en la biblioteca, que no lo he leído, y me reencuentro con la autora…

    *Dejo una reseña de “Persépolis” pa’ quien pueda interesar, en mi caso la leí en 2012 y me consta que esta novela gráfica sigue teniendo buen caché hoy día, me alegro por ella. Salut!

    http://krustsurk.blogspot.com/2012/04/pasaporte-la-libertad.html

    1. Muchas gracias Jose, por le lectura y por el chivatazo de la tesis de Persépolis. Por fin he podido pasarme e invito a que los demás lo hagan.
      A mí también me moló mucho la cantidad de cosas que aprendí con Persépolis. Es de 10.
      A ver si al final sigo con el de las ciruelas 🤷
      Un abrazo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *